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Un juez condena a una familia a dejar un mes su casa de Oviedo por dar comida a las palomas

Los acusados tendrán que indemnizar a la comunidad con la cantidad de 1.006 euros por los daños causados por las aves en el inmueble

Un juez condena a una familia a dejar un mes su casa de Oviedo por dar comida a las palomas

El Juzgado de Primera Instancia número 3 de Oviedo ha condenado a una familia de Ventanielles a abandonar su casa durante un periodo de un mes a consecuencia de los problemas y desperfectos generados en la comunidad en la que residen por su hábito de dar de comer a las palomas. La sentencia, que fue recurrida por la defensa de los condenados, el letrado Alfredo García Montes, ha sido ratificada por la Audiencia Provincial y contra ella no cabe recurso.

Además de ser obligados a salir de su domicilio durante 30 días para garantizar que las palomas a las que alimentaban no vuelvan al edificio, los acusados también tendrán que indemnizar a la comunidad de propietarios con una cantidad de 1.006 euros por los daños causados por las aves en el inmueble, situado en la calle Río Sella. Según explica Alfredo García Montes, los vecinos pedían inicialmente que la familia fuese expulsada de su casa durante seis meses y que la indemnización se fijase en 6.600 euros, pero durante el juicio pudo demostrarse que muchos de los daños en el inmueble que reclamaban los vecinos no fueron provocados por las palomas. "Solicitamos un informe de un arquitecto técnico y quedó claro que muchos de esos desperfectos han sido causados por el paso del tiempo y la ausencia de mantenimiento", explica el abogado.

El malestar del resto de vecinos con los condenados viene de tiempo atrás. Los residentes en ese edificio aseguran que la familia -en la vivienda, que es en propiedad, residen una mujer "que supera los setenta años" y sus dos hijos "de unos cuarenta"- lleva dándole de comer a las palomas desde la ventana del segundo piso en el que viven desde hace al menos siete años. "Se hicieron varias comunicaciones al Ayuntamiento de Oviedo por parte de los vecinos, puesto que a raíz de esas prácticas la zona se estaba llenando de excrementos y se hace imposible el tendido de la ropa, al margen de la suciedad que se genera en los alféizares de las ventanas", explica un vecino afectado que prefiere mantenerse en el anonimato. "Las aves acuden en masa cuando les dan de comer y la convivencia resulta imposible", añade.

Los problemas, según las mismas fuentes, no sólo se centraban en la suciedad generada por las palomas. "Los causantes de todo este conflicto, lejos de buscar una solución amistosa, increpan y amenazan a todo aquel que le diga algo al respecto o a todos aquellos que ellos piensan que están en su contra por este hecho", señala el vecino. "Amenazas de muerte, insultos y arrojar objetos por las ventanas son algunos de los actos de esta gente contra niños, adolescentes y personas de mas de ochenta años", añade uno de los denunciantes.

Los vecinos del edificio comenzaron a recoger firmas por la zona en la que se sitúa el edificio y con esos avales acudieron primero al Ayuntamiento y después a los juzgados. Antes de eso, para contar con más pruebas, contrataron a un detective privado que aportó fotografías en las que supuestamente se apreciaban las prácticas de la familia. El abogado que defiende a los condenados no lo tiene tan claro. "Las fotos no sirven para demostrar nada. No se les ve alimentando a las palomas en ningún momento, podrían estar regando las plantas o haciendo cualquier otra cosa en la ventana", subraya.

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