El exjefe de la Policía Local de Oviedo disfruta ya de su primer fin de semana libre tras cumplir quince meses de prisión -la mitad de su condena- por ocultar el atestado de un atropello en el barrio del Cristo hace cinco años. Agustín de Luis Criado salió ayer a las tres de la tarde de la cárcel de Monterroso, en Lugo, en régimen de semilibertad. La junta de tratamiento del centro penitenciario lucense decidió el miércoles concederle el tercer grado después de recibir informes favorables sobre su comportamiento como reo, calificado de "ejemplar".

Un familiar fue a recogerle en coche. A pocos kilómetros de Lugo pararon a comer y después siguieron camino en dirección a León con la intención de pasar la noche allí y luego regresar a Asturias. A la mañana siguiente decidirían si quedarse en Oviedo o en Salinas, donde el excomisario tiene una vivienda. En un principio, De Luis debería volver a prisión el domingo por la noche ya que el tercer grado le permite disfrutar de libertad los fines de semana a no ser que tenga un trabajo u otras obligaciones que atender de lunes a viernes. En ese caso, sólo debería pernoctar en la cárcel. Su abogado, Fernando de Barutell, desconocía ayer las condiciones personales de ese régimen de semilibertad, pero esperaba poder hablar con su cliente a lo largo del día. Sin embargo, al cierre de esta edición, LA NUEVA ESPAÑA no tuvo conocimiento de que ese contacto tuviese lugar.

Los amigos del exjefe de la Policía Local celebraron la noticia de su salida de Monterroso. "Le esperamos con los brazos abiertos y le haremos un fiestón". Lo que no aclaran es cuándo y dónde le harán esa fiesta y quiénes serán los invitados ya que los interlocutores de este periódico prefieren permanecer de momento en el anonimato.

De Luis ingresó en la cárcel el 21 de julio de 2016. Sobre él pesa una condena de dos años y siete meses por ocultar el atestado de un atropello con resultado positivo en alcoholemia ocurrido hace cinco años en el Cristo. Estuvo primero en Villabona, pero a los siete días fue trasladado a Lugo porque la prisión gallega tiene un módulo específico para funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

El excomisario se entregó a las autoridades policiales a las puertas de su domicilio en Salinas. Llevaba varios días en busca y captura por orden judicial. "Salí sin esconderme, por la puerta grande, como un torero", señaló entonces este salmantino de Mogarraz que gobernó el cuartel de El Rubín durante el mandato de cuatro alcaldes: Luis Riera, Antonio Masip, Gabino de Lorenzo y Agustín Iglesias Caunedo.

En una extensa entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA durante su reclusión en el piso de Salinas, reconoció que a lo largo de su carrera había quitado muchas multas, lamentándose de que "para una vez" que lo hizo "bien", acabó con sus huesos en prisión (en clara referencia al atestado que ocultó y por el que le condenaron a la cárcel).

El conductor protagonista de aquel suceso tenía en aquel momento un negocio de hostelería en General Zuvillaga y era amigo de otro hostelero, a su vez conocido de De Luis. Durante el juicio ambos explicaron que habían pedido al excomisario ayuda para recuperar del depósito de la grúa el vehículo que conducía en el momento del accidente. La persona atropellada (herido leve) nunca reclamó daños o indemnización alguna y tan solo compareció en el procedimiento en calidad de testigo.