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JOSÉ RAMÓN GUTIÉRREZ CAMPO | Comerciante

"La gente sigue apreciando una buena tela, sobre todo para vestirse de fiesta"

"Con 14 años dejé el colegio y me vine a Oviedo a trabajar; a la vez, terminé el Bachiller en el nocturno del Instituto Alfonso II"

"La gente sigue apreciando una buena tela, sobre todo para vestirse de fiesta"

José Ramón Gutiérrez Campo (La Hueria de Urbiés, Mieres. (1952) vive entre telas desde su juventud. El veterano comerciante ha vendido desde la materia prima para los vestidos que llevaron Leonor y Sofía de Borbón Ortiz el día de la proclamación de su padre, el rey Felipe VI, a toda clase de géneros para bodas, fiestas y celebraciones de la más diversa índole. Hoy, cuando ya piensa en ir dejando la actividad (una decisión que no será inminente), Gutiérrez asegura que siempre ha sido y es feliz haciendo lo que más le gusta. Su sueño es que alguien continuase el negocio que él fundó, añadiendo un taller de costura a la tienda.

El niño de Urbiés que se fue interno a Valladolid. "Me crié en La Hueria de Urbiés, el pueblo, de Mieres en el que nació y a los ocho años me mandaron interno al colegio de los Padres Pasionistas de Peñafiel (Valladolid). Fueron años duros. Estábamos desde agosto hasta julio del año siguiente sin ver a la familia. En cualquier caso, me siento afortunado. No había mucha elección: el colegio o la mina. Yo despuntaba en la escuela y mis padres tomaron la mejor decisión posible. Con catorce años me vine para Oviedo a trabajar y a acabar el bachiller en el nocturno del Instituto Alfonso II. Mis comienzos fueron en Almacenes Uría, la mejor academia de comercio que ha habido en Oviedo. La tienda estaba en la calle Fruela, que era la gran calle comercial. El despegue de Uría vino luego, allí sólo estaban Botas y Al Pelayo y los años setenta abrió Galerías Preciados".

De empaquetador a encargado. "Mi primer destino fue en la caja, empaquetando. Cuando tenía 16 años una jubilación me propició un ascenso. El jefe me nombró encargado de la sección de tejidos. Vendíamos muchos géneros para sábanas, visillos y mantelerías. Aún se venden esa clase de telas, pero no como antes, cuando se compraban piezas enteras para los ajuares de boda que después se mandaban a bordar. También se hacían los camisones y las batas. Todo eso va desapareciendo".

El salto al mundo empresarial. "La gente sigue apreciando una buena tela. Tras mi paso por Kopa Vestir con otro socio nos establecimos por nuestra cuenta en un negocio en el que estuve ocho años. En 1994 ya abrí la tienda actual con mi mujer. Puedo decir que sigo con mis clientas de siempre. En algunos casos he vendido mercancía hasta a cuatro generaciones de una misma familia. Ahora lo que más trabajamos son las telas de fiesta para bodas. Aún quedan señoras que se encargan la ropa pero ya no es tan habitual. Mucha gente viene con fotos y te pide la modelos concretos. Un vestido de fiesta bueno cuesta un dinero y si te lo haces con un tejido de calidad sale bastante más barato".

El impacto de la crisis que va remitiendo. "Los años 2007 y 2008 fueron muy buenos. A partir de ahí la cosa fue bajando. Ahora parece que las ventas se animan un poco. Uno de los rasgos de nuestra clientela es que se deja aconsejar muy bien. Atendemos a gente de todas las edades y también a muchos estudiantes de diseño y corte, que preparan sus modelos. Incluso vienen grupos a ver las telas para conocer las diferentes texturas".

Optimista ante el futuro del pequeño comercio. "El pequeño comercio, todavía tiene futuro siempre que sus principios sean el buen trato al cliente. Tenemos que dar facilidades a la gente y si te piden algo que no tienes buscarlo debajo de las piedras. El sector sobrevivirá. Aún quedan muchas modistas en Oviedo y vuelven a resurgir las academias de corte y confección, incluso se dan clases en los centros sociales. Otra de las ventajas que yo tengo es que me encanta el trato con la gente. En Oviedo me conoce todo el mundo. Voy por la calle y no hago mas que saludar".

Los paseos por el Antiguo y los escaparates. "Cuando tenemos un rato libre a medio día a mi mujer y a mi nos gusta mucho pasear por el Antiguo. A eso de las cuatro o las cinco todo está muy tranquilo. Es el momento ideal para contemplar los edificios tan bellos que tenemos en esta ciudad y también para ver los escaparates y tomar ideas. Lo queramos o no las grandes cadenas marcan la moda".

Los vestidos de la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. "Para mi fue una satisfacción muy grande suministrar la tela para los vestidos hechos en Gijón que llevaron la Princesa de Asturias y su hermana, la Infanta Sofía, en la proclamación de su padre, el Rey Felipe VI".

Sin relevo generacional. "Tengo un hijo y una hija y un nieto de 8 años. Los dos estudiaron turismo y siempre tuve muy claro que no continuarían con el negocio, así que ya me he hecho a la idea".

Ópera con menos glamour. "Me gusta ir a la opera de vez en cuando y me da pena ver que la gente ya no se arregla como antes. Yo siempre voy de traje negro y mi mujer de negro y de largo".

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