La calle Uría de Oviedo se despertó esta mañana con una sensación extraña. La ausencia de Manolín "El Gitano", el mendigo más famoso de Oviedo, tras su fallecimiento ayer a los 58 años, hizo desde primera hora las anécdotas sobre su figura y los modestos homenajes estuviesen presentes por los rincones en los que solía colocarse a diario a pedir ayuda económica.

Papeles con la leyenda "DEP Manolín" pudieron verse tanto en el suelo, acompañados por dos velas para simular un pequeño altar, como en las paredes de los edificios en las que solía apoyarse, mientras esperaba que algún alma caritativa le aportase donativos. "Era muy conocido y seguramente el mendigo que más caja hacía", señalaban los paseantes, admitiendo que echarían de menos sus dos caras. "Por un lado era un mítico que generaba solidaridad y por otro era odiado pesado", comentaban.