Después de catorce ediciones, el Certamen de Pintura Rápida de Bueño ya no sorprende pero cada vez brilla más. Este fin de semana la asociación cultural organizadora rozó de nuevo la cifra récord, con más 150 participantes de toda España (gallegos, catalanes, andaluces, madrileños, muchos asturianos) en una jornada dedicada al arte, el campo y la camaradería. Para algunos como el director del Museo de Bellas Artes, Alfonso Palacio, miembro del jurado, era su primera vez. Otras, como la artista húngara afincada en San Julián de Bimenes Klára Konkoly-Thege, que se llevó el primer premio, repetía por quinta vez.

Todos aplaudieron la organización perfecta y el ambiente familiar y emotivo en el que se desarrolla el concurso. Los pintores acostumbran a venir con sus familias. Y, en ocasiones, las parejas llegan juntas hasta a la entrega de premios. Tal fue el caso de la gijonesa Montserrat Varela, premiada hace dos años, que logró el segundo premio, y su marido, Diego Fernández Columé, que logró el primer accésit. Alfonso Palacios, que completó el jurado junto a Hugo O'Donnell y María Jesús Rodríguez, alabó la calidad de los trabajos presentados, la dotación de los premios y la perfecta organización que, señaló, convierten a la cita de Bueño en "una de las mejores de este tipo en todo el Norte de España".

Como en anteriores ocasiones, los pintores optaron por el paisaje de Ribera de Arriba, por el decorado industrial de la térmica, o por los hórreos de la localidad, los tres temas más recurrentes junto a al-

gunos motivos de animales o de vecinos de la zona, más en segundo plano.

Uno de los momentos más emocionantes del certamen se produjo de nuevo cuando, finalizado el tiempo de los pintores, frente al centro de interpretación del hórreo de Bueño los artistas van plantando sus cuadros, como si de un bosque de lienzos se tratara y el jurado va pasando revista (lo hizo durante dos horas) mientras familiares y autores comentan al otro lado del muro los tiempos en los que se paran delante de las obras.

Klára Konkoly-Thege, la ganadora, utilizó una técnica de tinta china diluida sobre un lienzo aguado en tonos verdes. Encontró inspiración en una vegetación de un sendero en la que sorprende un platanero. Contra la idea de la pintura rápida, Klára explica que se lo toma "con mucha calma". "Primero un paseo agradable para encontrar un sitio donde estar a gusto, y luego dedicar tiempo a observar los movimientos de las plantas". El resultado es una composición sutil, delicada, que trata de captar la energía latente en la vegetación.

Las obras seleccionadas (los tres ganadores, 8 accésit, y otras 19 clasificadas) estarán expuestas hasta el día 3 en el centro cultural de Bueño, del 4 al 24 de noviembre en la sala BBVA (calle San Francisco) en Oviedo, y de nuevo en Bueño hasta fin de año.