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IGNACIO FERNÁNDEZ DEL PÁRAMO | Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Oviedo

"Cambiamos el modelo expansivo de ciudad por otro sostenible y enfocado a los vecinos"

"Veremos resurgir un nuevo barrio donde el viejo HUCA, aunque con retraso, pues debió hacerse en 2004, cuando se conoció el traslado"

Ignacio Fernández del Páramo. MIKI LÓPEZ

Ignacio Fernández del Páramo, de Somos, es el concejal de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Oviedo. Nacido en la ciudad, a un paso del despacho que ahora ocupa en el Consistorio, dirige uno de los departamentos más activos del tripartito. Procedente de los movimientos del 15-M, su objetivo es cambiar un modelo expansivo de la ciudad por otro "sostenible y centrado en las personas".

-Menuda polémica que se ha montado con la revisión de la toponimia municipal...

-Es surrealista. El PP, que tanto nos critica ahora, fue quien, en 1998, hizo una ley de uso del asturiano en la que se obliga a los ayuntamientos a poner los nombres de forma tradicional o combinada con la castellana. Por tanto, lo que hacemos es cumplir esa ley. Tanto Oviedo como Uviéu son términos que están asumidos por la ciudadanía desde hace tiempo. Uviéu figura en escritos antiguos, ha sido asumido por el Principado y también por la Universidad. No se entienden esas críticas del PP más que por el interés por generar polémica aprovechando el tema de Cataluña. Es demagogia.

-¿Quién y cómo se elaboró el listado de topónimos?

-A partir de esa ley de 1998, todos los ayuntamientos asturianos hacen un estudio de los topónimos tradicionales. En 2016, la Xunta de Toponimia nos envía una propuesta en la que se plantean una serie de dudas sobre determinados términos. Lo que hacemos entonces es contratar una asistencia técnica que se encarga de hacer un detallado trabajo de campo, recogiendo la forma en la que llaman los vecinos a los núcleos rurales. Fue un análisis muy preciso y riguroso.

-Además de Oviedo y Uviéu, también se ha planteado oficializar Uvieo. ¿Sigue eso adelante?

-Oviedo y Uviéu es lo que está reconocido y asumido. Y lo que debe ser oficial, pero abriendo la posibilidad de que Uvieo, que es específico de aquí, no sea un término que se pueda considerar mal utilizado por los uvieinos.

-Los planes para el Naranco, incluyendo la variante del Prerrománico, despertaron numerosos elogios en la ciudad. ¿Cuándo serán una realidad?

-Estamos trabajando con el Colegio de Arquitectos para que todo lo referente a los dos planes especiales esté listo el año que viene. Por lo que concierne a la carretera, esperamos licitar la redacción del proyecto antes de que termine este 2017, con el objetivo de tenerlo el año que viene y poder iniciar las obras. Más allá, prefiero no marcar horizontes temporales sobre cuándo se iniciarán los trabajos, aunque podría ser a finales de 2018.

-¿Cuando verán los vecinos a Santullano convertido en un bulevar?

-Ahora estamos culminando el concurso de ideas. Desde un punto de vista personal es una experiencia muy interesante. Es ver nacer algo. El miércoles se cumplieron seis años desde que tuvimos la primera reunión de "Imagina un bulevar" en la plaza del Lago Enol, debatiendo en un círculo sobre qué hacer con ese espacio. Antes hablamos del Naranco. Pues bien, aquí también hay un monumento del Prerrománico que va a tener la calidad de espacio que se merece. Los años de trabajo desde el 15-M hasta aquí han dado sus frutos, incluyendo los 10 millones que aporta la UE. La decisión del jurado es inminente. Una vez que se seleccione el proyecto, y se compruebe que cumple todos los parámetros, llegará del momento de dar más pasos y de contratar las obras.

-¿Tiene previsto repetir la novedosa adjudicación mediante jurado del plan de Santullano en otros proyectos municipales?

-Lo vamos a repetir para el plan del Campo de San Francisco, que hemos parado, pese a que la contratación se había lanzado en agosto, precisamente para ver cómo sale lo del bulevar de Santullano, ya que va por el mismo criterio.

-¿Y eso conllevará retrasos para el plan del Campo?

-La primera fase está presupuestada para 2018. Son 250.000 euros para empezar la actuación, en la que se incluye el planeamiento para el Campo y su entorno, tanto la zona de Fruela como la del Campoamor. El primer ámbito de actuación será La Escandalera.

-¿Satisfecho con la solución que se plantea para los terrenos del viejo HUCA?

-Después de años de parálisis, empezamos a ver cómo comienzan a tener solución problemas de la ciudad que deberían haberse abordado hace una década. En el caso del HUCA, cuando en 2004 se plantea su traslado. Con retraso, pero estoy seguro de que vamos a ver resurgir un barrio.

-¿Hablaría ya de un nuevo modelo de ciudad?

-El problema que teníamos aquí es que el modelo de ciudad había cambiado, pero no nos dimos cuenta y nos comimos la crisis del ladrillo en grado exponencial. Nos toca ahora implantar el modelo que lleva haciéndose desde hace treinta años en Pontevedra o desde hace un siglo en Copenhague. Una ciudad sostenible, que pone en el centro de todo a las personas y la racionalización de las actuaciones. Hay muchas partes de la ciudad en la que se nos han quedado modelos propios de mediados del siglo XX. Es el caso del bulevar, de los terrenos del viejo HUCA, de la Vega o de la Ronda Norte. El modelo expansivo y de que todo es edificable es una barbaridad y lo estamos cambiando por otro sostenible y que está centrado en los vecinos. Por cierto, a partir del año que viene impulsaremos un plan especial del Antiguo.

-La Vega. ¿Qué futuro le espera?

-Como gestor del planeamiento, me toca la parte más complicada. Defensa quiere hacer caja con esos terrenos y nosotros aspiramos a abrirlos a la ciudadanía. Por tanto, hay un conflicto de intereses que se va a decidir en base a la planificación de lo que hay ahí. Está bien tener una reunión con el Ministerio antes de Navidad. Defenderemos los intereses de la ciudad y ya estamos viendo posibilidades para esos terrenos.

-¿De qué tipo?

-Tenemos que hacer el plan especial que va a definir los usos del suelo.

-¿Confían en que Fomento cambie el proyecto original de Ronda Norte?

-Aquí entra en juego lo que hablábamos del modelo de ciudad. La justificación de las rondas en los años noventa era especulativa. De la ronda hacia adentro todos es edificable y hacia afuera todo es rural. En la actualidad, no tiene sentido marcar ese tajo que recorrería ocho kilómetros desde San Claudio a la rotonda de Luis Oliver, cercenando la montaña, el patrimonio y la división entre lo público y lo privado. Un buen ejemplo se ve en la circunvalación sur. Cualquiera que viva cerca se da cuenta de lo que supone a nivel de contaminación y de impacto visual. Por eso, para el norte, nosotros apostamos por lo que estamos denominando como vía rápida de La Pixarra, para conectar esa zona de la ciudad que creció de manera desordenada y sin las infraestructuras básicas, como es la Florida, a través de una vía hacia el enlace de La Pixarra. Fomento parece que se replantea ahora el proyecto inicial y vamos a ponerle encima de la mesa nuestra propuesta como alternativa. Es mucho más eficiente desde el punto de vista económico, medioambiental y social. No se pueden llevar a Vallobín o a La Florida lo que sufre la otra parte de la ciudad con la contaminación acústica y ambiental.

-¿Qué trazado tendría esa vía rápida?

-Desde la parte sur de Las Campas hasta la rotonda de La Pixarra. La zona oeste de la ciudad tendría esa salida y no esos 300 vehículos en hora punta, que ya generan colapsos en la rotonda de Samuel Sánchez.

-Habla de los problemas de la Ronda Sur. ¿Qué solución tienen?

-Va a tener que seguir el mismo proceso que el bulevar de Santullano. Hay que convertir esa circunvalación en una calle más. Hace quince años, Muñoz Degrain era la Ronda Sur y ahora tiene aceras, semáforos...

-Los presupuestos participativos son una de las iniciativas estrellas de Somos y no parece que se hayan estrenado con muy buen pie. ¿Están satisfechos?

-Creo que la concejalía más importante de este ayuntamiento es la de Participación Ciudadana. Un grave problema de España es la falta de participación de la ciudadanía en cuestiones institucionales y asociativas. Trabajar con la sociedad lleva mucho tiempo. Se tardan años en aprender a funcionar, pero es un objetivo irrenunciable.

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