Los tres socios del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Oviedo celebraron ayer su cuarta reunión de negociación política del anteproyecto de presupuesto de 2018, y aunque de puertas afuera lo que trascendió fue un avance y un principio de acuerdo sobre los gastos de cada área, las declaraciones previas y posteriores de los socios evidenciaron que el pacto de las cuentas del año que viene está reeditando viejas tensiones en el seno del tripartito.

Antes de entrar a la reunión, a la una de la tarde, el concejal de Economía, Rubén Rosón (Somos) amenazó con redactar de forma unilateral el anteproyecto desde su área si no lograba un acuerdo con los otros socios. A la salida, la concejala de Infraestructuras y segunda teniente de Alcaldía, Ana Rivas (PSOE), acusó al edil de Economía de escamotear la información necesaria para llegar a acuerdos.

Las palabras de Rosón, poco antes de ir camino de la reunión, incidieron en el incremento del gasto social que supondrá el presupuesto y restaron importancia a las críticas formuladas este fin de semana por los socios de Gobierno. Según Rosón, la reunión de ayer buscaba que "tanto IU como PSOE nos comenten sus dudas para poder trabajarlas". Y añadió que el documento tenía que estar listo para el viernes, con o sin acuerdo: "Al final de esta semana, de la oficina presupuestaria saldrá un anteproyecto presupuestario, si no es con un acuerdo al cien por cien, será una propuesta del concejal de Economía".

Su amenaza velada no gustó a los socios, pero en la reunión de negociación presupuestaria nadie comentó nada sobre el órdago. Al revés, en un clima de aparente tranquilidad, se lograron ajustar algunos capítulos relativos al gasto para evitar un recorte en Cultura, que en los planteamientos iniciales de Rosón perdía 100.000 euros en teatro, 150.000 en Zarzuela, 90.000 en danza y una partida de más de medio millón de euros en transferencias, necesaria para afrontar la programación de San Mateo.

De la reunión del presupuesto los tres socios salieron con un acuerdo sobre los gastos y una nueva cita programada para tratar las inversiones.

Desde IU, Iván Álvarez aplaudió el avance y dejó alguna crítica velada: "Con los datos y las partidas ordenadas, es más fácil llegar a acuerdos", explicó. "No es el presupuesto ideal de Izquierda Unida pero sí nos estamos acercando a un presupuesto común y unitario del Equipo de Gobierno y alejándonos de cuentas electoralistas". Además, Álvarez restó importancia a las declaraciones de Rosón aunque recomendó "evitar las urgencias" en los "momentos críticos de la negociación".

Más crítica fue, desde el PSOE, Ana Rivas. La edil de Infraestructuras mostró su "extrañeza" por las palabras de Rosón de la mañana. "No sabemos por qué estaba tan nervioso, la clave es que si entrega la documentación a tiempo podemos trabajar con margen y si no da documentación no podemos resolver".

Rivas insistió en que este es el tercer presupuesto que negocia el tripartito y que no debería haber problemas. Sin embargo, advirtió, "el hecho es que, a día de hoy, no tenemos toda la documentación que nos tiene que aportar, y sin la documentación no hay negociación que valga, a menos que pretenda tener un cheque en blanco, que va a ser que no".