Habla poco y muy despacio pero dispara rápido y preciso. Sus palabras son escasas pero certeras en la diana a la que apunta. Alejandro Arévalo González se proclamó el pasado fin de semana en Logroño campeón de España juvenil en disparo de precisión (con pistola de aire comprimido) y segundo en la categoría de velocidad. Dentro de tres años hay olimpiadas. Ante la pregunta de si le gustaría estar su disparo es claro, "sí". ¿Y puede lograrlo? "Si entreno...". Ese entrenar supone disparar unas 70 tiradas dos días a la semana en las instalaciones de El Caleyu, donde practica bajo las órdenes de Andrés Martínez Friera, su preparador.

Alejandro empezó a tirar con su padre, José Antonio González, quien ya fuera campeón de España, y está a muy poco de superar su marca. El récord del joven lo obtuvo en Logroño, un total de 554 puntos sobre un máximo de 600 en 60 disparos. Ahora el objetivo es alcanzar los 578 que se piden para entrar en el equipo nacional, primer paso para esas posibles olimpiadas.

Alejandro estudia segundo de Bachiller en el Palacio de Granda y no tiene claro lo que hará después, pero sí que seguirá disparando. Lo que tampoco parece que vaya a abandonar, pese a la resistencia materna, es el "parkour". Anda por la calle dando saltos. Lo práctica en el Campo de San Francisco, en el entorno de la Catedral o en las facultades de El Cristo. "Nunca me he roto nada aunque sí que me he hecho daño alguna vez en las muñecas", reconoce. No le preocupa y puede dedicarse al "parkour" el día antes de una competición.

El esquí y la música, le viene de familia, no en vano su primer apellido es Arévalo (el materno) y por tanto toca el piano y la guitarra eléctrica. Pero cuando de verdad sonríe, cuando se le nota la pasión es al hablar de disparar. "Quiero ir a unas Olimpiadas y ganarlas, ya que voy...". No se anda con chiquitas, si hay que ir se va, pero ir para nada...

Su capacidad de concentración es extrema. "Sólo me puse nervioso en la final del campeonato de España del año pasado en Granada", concede. Quedó el séptimo, se quedó sin diploma y no le sentó demasiado bien. Este año se resarció y quedó primero y segundo en cada una de las categorías que participó.

Alejandro Arévalo está llamado a ser el sucesor de la gran y desconocida tradición de tiro con pistola y con carabina que hay en el Principado de Asturias y que ya ha dado varios deportistas olímpicos.