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Al Final De La Semana

La empresa privada al servicio municipal

El proyecto del Vasco puede ser la obra más relevante del mandato La piscina de Ciudad Naranco no llegará desde el Ayuntamiento

La empresa privada al servicio municipal

Un Oviedo de planos y planes, un Oviedo de concursos de ideas y participación es el que viene dibujando el gobierno local de tres partidos, con cada uno tirando hacia su sitio y, muchas veces, rompiendo el equilibrio. Con escasas obras hechas, a los que diseñan la ciudad desde los despachos de Urbanismo, al tripartito, se le apilan los planes y la infografías: el bulevar de Santullano, con el dinero que debe enviar Europa; la variante del Prerrománico para salvar los monumentos; la vía rápida de Las Campas a La Pixarra para evitar la Ronda Norte y para salvar al Naranco; un bulevar en la Ronda Sur con la calle Goya reurbanizada y poco más que un paseo para niños entre Campos de los patos y rotonda de Fozaneldi; el enésimo plan para el Asturcon, ahora como un Flashing Meadows a la carbayona...

En dos años y medio, el tripartito ha hecho pocas obras pero ha llenado los despachos de proyectos. Hasta ahora, no hay sello del gobierno del cambio en la ciudad, aunque lo buscan con ahínco como quien persigue la piedra filosofal.

Cosas de la vida, al gobierno de lo público, al que cerró El Asturcón y devolvió al municipio la gestión de los impuestos, le ha venido a echar quizá uno de los mayores cables la iniciativa privada. Es un grupo de empresarios asturianos el que trata de sacar adelante el boquete urbanístico de la antigua parcela del Vasco, la que, si logra arrancar, puede que sea la mayor obra del mandato; y es una compañía particular del mundo del fitness la que puede llevar la tan reclamada piscina a Ciudad Naranco, gracias al pacto con los Escolapios para construir un gran gimnasio en los terrenos del colegio Loyola. Así no suena tan mal decir que no hay forma de sacar adelante el viejo proyecto del spa justo frente al colegio, ni de recuperar un edificio a medio levantar, en medio de farragosos procesos judiciales. El plan del colegio Loyola pedirá licencia a finales de año, deberá esperar un tiempo por ella y, después otro año más de obras, que podría llevar el inicio al filo del próximo mandato.

EL NUEVO CENTRO, EN EL VASCO

El agujero negro del urbanismo de Oviedo está en la antigua estación del ferrocarril vasco asturiano. Va a pasos cortos el proyecto Gran Bulevar para sacar adelante allí un gran complejo deportivo de ocio y comercial que daría a la ciudad 11.000 metros cuadrados de uso público. Hasta ahora, hay un hotel comprometido, de la cadena de origen gijonés Blue y un supermercado de 1.890 metros, de la alemana Aldi.

En el vasco, sin duda, quedaría fijada la nueva centralidad de Oviedo cuando todo esté en marcha. Las tres torres de pisos (con 82 de 98 ya vendidos), el gran gimnasio previsto, los espacios sociosanitarios, los comerciales, y la hostelería harán un papel inverso al del actual agujero que todo lo separa. El complejo mira por un lado hacia Gascona, Jovellanos y el Antiguo; por otro, hacia el Campoamor, sin perderlo de vista y uniéndolo con el resto. Y por debajo, hacia el Norte, mira a lo que ahora es la autopista "Y", pero que el Ayuntamiento lo quiere como un bulevar, un paseo que gana para la ciudad junto al monumento de Santullano. Convertido en calle, que su éxito sea más o menos rotundo pasa por ver qué sucede con el Vasco.

El proyecto Gran Bulevar está ahora en un momento decisivo. Ha comenzado la tarea de dar contenido a los espacios y de esperar a tenerlo todo casi amarrado para poner a funcionar las obras. Antes deberá hacerse efectiva la compra oficial de la parcela (aún propiedad del Sabadell); del equipo inicial ha salido la empresa de origen asturiano Santagadea, en busca de otros proyectos, pero siguen a bordo cinco asturianos vinculados a la construcción y a las sociedades de inversión patrimonial.

Puede decirse que el proyecto se ve "parado" en lo visual, aunque no en su esencia. El Ayuntamiento ha pedido una serie ajustes de cara a garantizar una actuación efectiva de los Bomberos en caso de necesitarlo, pero eso no es ahora la prioridad de la sociedad que lo gestiona, sino ponerlo todo bien por dentro y esperar a ver cuál es la mejor manera de cumplir con todo lo que necesitan los bomberos. Cada cosa a su tiempo, dicen.

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