Benjamín Álvarez Álvarez, fundador de la Asociación de Padres y Amigos de cardiopatías congénitas (APACI), luchó durante doce años contra las enfermedades del corazón de su hijo mayor, primero, y de todo el colectivo afectado por estas dolencias, después, pero no pudo con las lesiones que le provocó, hace casi tres semanas, un atropello en el centro de Oviedo.

A pesar de los intentos de los médicos, a los que la familia agradecía esta tarde todo el trabajo de estos días, las complicaciones de los traumatismos que sufrió Bejamín Álvarez el pasado 25 de octubre cuando fue arrollado por un autobús del TUA, acabaron resultando fatales. Con la muerte de Benjamín Álvarez se acaba una trayectoria ejemplar en la lucha contra la cardiopatía congénita. "Era amigo de sus amigos, un compañero y un padre espectacular, que jamás dio un paso atrás ante las complicaciones de su hijo mayor y las tres operaciones a las que tuvo que ser sometido", resumía ayer Juana Jara, su viuda y gran cómplice en el impulso de APACI, de la que es directora.

Desde la fundación de Apaci, Benjamín Álvarez extendió la lucha contra las cardiopatías congénitas a toda España, poniendo en marcha proyectos pioneros como un piso de acogida en Madrid para familias próximo a los hospitales de La Paz y Ramón y Cajal o la exposición fotográfica "Cremalleras" para hacer más visible y desdramatizar las malformaciones cardiacas, entre otras iniciativas. La asociación, una de las más activas y eficaces de este tipo en Asturias, fundada en 2005, ronda en la actualidad los 650 socios.

Desde Apaci, destrozados con la muerte de Benjamín Álvarez, confiaron en estar a la altura de su legado y hacerlo "mayor y más grande".

Natural de Bárzana de Quirós, por expreso deseo del fallecido no habrá velatorio y la despedida se reducirá a una ceremonia eclesiástica que tendrá lugar el próximo sábado a las cinco de la tarde en la iglesia parroquial de San Lázaro.