Actuar a tiempo en un infarto de miocardio es clave para salvar vidas. "En esos casos, el tiempo es oro puro; muchas muertes asociadas al infarto se dan en las primeras horas". Así lo aseguró ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA José Miguel Baeza, cardiólogo del servicio de Cardiología del Centro Médico, que participó en una mesa redonda con sus colegas José María Richard, Julio Casares y Leonardo G. Esmorís.

Todos ellos hicieron hincapié en la gran importancia de llevar una vida sana para prevenir los accidentes cardiovasculares, que alcanzan en Asturias una de las tasas más altas de España, tal como destacó José María Richard.

El doctor Baeza destacó entre los hitos de la lucha contra el infarto la decisión tomada por la OMS en 1974, cuando comenzaron a utilizarse unidades móviles de vigilancia intensiva, que acercan el desfibrilador al paciente. También incidió en la importancia del electrocardiograma para tener un diagnóstico preciso.

"La cardiopatía isquémica está ocasionada por la arteriosclerosis en las arterias coronarias, que coronan el corazón", señaló el doctor Richard. Tal como explicó, el corazón es un músculo que bombea sangre a todo el organismo "y se la da a sí mismo a través de las coronarias. El infarto está provocado por la obstrucción brusca de una arteria y ya no tiene solución".

Por el contrario, la angina de pecho presenta una situación reversible y no deja secuelas. "Es lo que habitualmente se conoce como un aviso".

En cambio, el infarto deja secuelas porque la arteria se ha obstruido. A ello contribuyen factores como el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo, el estrés, el colesterol alto y la diabetes, entre otros.

"El infarto provoca un dolor intenso, una opresión en el pecho y la sensación de que algo va mal; llega hasta el cuello y es habitual que el brazo izquierdo se quede sin fuerza", añadió Richard.

Julio Casares se mostró convencido de que el mejor tratamiento para un infarto es la prevención, "y debe hacerse desde la infancia". El ejercicio físico es también muy importante, en opinión del cardiólogo.

Por su parte, Leonardo G. Esmorís puso de relieve que la mortalidad de los fumadores es el doble que la de los no fumadores. A su modo de ver es necesario tomar conciencia de que el hábito del tabaco está estrechamente relacionado con el infarto de miocardio.