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El presupuesto de Oviedo incluye inversiones que llevan pendientes más de cuatro años

La estatua de Fernando Alba, el museo de la cerámica de Faro y la rehabilitación de Olloniego vuelven a aparecer en las cuentas de 2018

El presupuesto de Oviedo incluye inversiones que llevan pendientes más de cuatro años

Cuando despertó, el proyecto del museo de Faro todavía estaba allí. Los planes para recuperar la tradición alfarera del municipio, una vieja idea que colea desde hace más de seis años, vuelven a figurar, otra vez, en la lista de inversiones previstas para el presupuesto del próximo año. No es el único caso. En las cuentas de 2018 vuelven a salir a la superficie los cadáveres de los proyectos que no se lograron llevar a cabo. Y algunos huelen ya muy mal.

En el caso de Faro esta vez figura la expropiación de terrenos para el museo y aparece todavía sin cifra en la lista filtrada desde Economía, con cargo, según un apunte, al remanente. Mucho antes, en diciembre 2011, la Junta General del Principado aprobaba una proposición no de ley para salvar la actividad alfarera en la localidad ovetense. Cinco años más tarde, José Vega "Selito" se felicitaba en enero de 2016 de contar con presupuesto para expropiar fincas y para construir el Centro de Alfarería de Faro. Eran 120.000 euros que ya figuraban en las cuentas de 2015 y se habían anunciado con el reclamo de que daría trabajo a cuatro personas y su mantenimiento costaría 112.000 euros al año.

Especialmente sangrante resulta el caso de la recuperación de la escultura de Fernando Alba, que vuelve a figurar en las previsiones del tripartito con un presupuesto de 80.000 euros, una cifra algo más elevada que la que apareció en las cuentas de 2016 (75.000 euros) y en las de 2014, (60.000 euros). La escultura de Alba la integran treinta y cuatro toneladas de chapa de hierro. Fue retirada de la plaza Lago Enol de Ventanielles en el año 1995 con Gabino de Lorenzo como alcalde de la ciudad. Se había colocado allí en 1988, en época de Masip. La obra fue desmontada y apilada en los almacenes del matadero municipal, después las chapas pasaron a una finca municipal en Pontón de Vaqueros, donde estuvieron tiradas hasta 2003. En septiembre de 2011 aparecieron en el Parque de Invierno. Desde entonces, el Ayuntamiento ha tratado de volver a ponerla en Llamaquique. Con escaso éxito. El último problema del que se tuvo noticia, hace ya un año, tuvo que ver con la ausencia de papeles que acreditaran que el Principado había cedido la escultura al Ayuntamiento.

Otros conceptos que siguen aflorando en los presupuestos de forma reiterada tienen que ver más con el goteo que con la incompetencia. Es el caso de la recuperación del conjunto histórico por la que Olloniego lleva esperando desde hace veinte años.

Tras una compleja expropiación, y con la complicación de que se trata de un Bien de Interés Cultural, el plan especial para el conjunto medieval de Olloniego se contrató en 2013 al arquitecto José Ramón Fernández Molina. Ya con el tripartito en el poder, el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, contó a los vecinos en 2016 que el proyecto costaría nueve millones de euros y tardaría una década en completarse. De momento, el tripartito puso a trabajar en los terrenos a una cuadrilla para limpiar la zona e instalar un equipamiento mínimo de área recreativa. Para el año que viene, lo que consta en el preacuerdo del documento del presupuesto son 50.000 euros destinados a "arqueología" y 150.000 para la redacción de proyectos de actuaciones concretas. La inversión, considerando los diez años y los nueve millones previstos, parece que promete seguir enquistado por muchos años la recuperación efectiva de este bien de interés cultural.

La escultura de Alba, el museo de Faro o el plan de Olloniego son inversiones históricas que ni los gobiernos del PP ni el del tripartito han sido capaces de ejecutar a tiempo. Otros "muertos" del presupuesto no huelen tan mal, pero su aparición menos reiterada, de los dos últimos años, hace ya temer que se puedan convertir en otros dinosaurios en potencia de las cuentas municipales. Son casos como los del Polideportivo de Trubia (500.000 euros con cargo al remanente de 2015 que ahora figura como 200.000 euros para el año que viene) o el cambio de la cubierta de la Escuela de adultos del Fontán, 300.000 euros, aquí la cifra no ha cambiado, que también se dejaron de hacer en el ejercicio de 2016.

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