El Colegio Oficial de Químicos de Asturias y León -el tercero de España con casi un millar de afiliados después de los de Madrid y Barcelona- celebró ayer el día de su patrono, San Alberto Magno, junto con la Asociación de Químicos de Asturias. La entidad se creó gracias a una gestión que realizó el ovetense José María Fernández-Ladreda, químico, ministro y general.

La festividad se conmemoró con un acto solemne en el hotel del Palacio de Congresos al que asistieron el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, químico igual que su antecesor, Vicente Gotor, que también estuvo en el acto; la directora general de Innovación del Principado, Ana Concejo; la directora general de la Universidades e Investigación, Cristina Valdés; la decana de la Facultad de Químicas, Susana Fernández; el decano del Colegio Oficial de Químicos de Asturias y León, Javier Santos, y Miguel Ferrero, presidente de la Asociación de Químicos.

En el transcurso del acto se entregaron diplomas y los galardones "San Alberto Magno", entre ellos el premio al Mérito Científico, que se concedió al Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias (ITMA). También se impusieron las insignias a los nuevos colegiados y a los que cumplieron veinticinco y cincuenta años en la institución.

El acto tuvo un comienzo agridulce, con el recuerdo al catedrático Ricardo Llavona, recientemente fallecido. Después se aplaudió el nombramiento como presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la científica e investigadora Rosa Menéndez, la primera mujer que accede a este cargo.

El decano del Colegio de Químicos de Asturias y León, Javier Santos, aconsejó a los jóvenes estudiantes que se acerquen a las organizaciones colegiales "para conseguir la formación adicional que van a precisar y que la Universidad no les da: la pueden adquirir con nosotros".