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Al Final De La Semana

El gobierno se autolesiona

La comisión para terminar con Caunedo acaba con hondas grietas en el tripartito

El gobierno se autolesiona

Extrañado, Wenceslao López, el Alcalde de Oviedo, decía el viernes pasado que había notado un cambio de actitud (para mal) en sus socios de Somos. Como si no los conociera de nada, como si no llevase dos años soportando desafíos, el socialista apareció al final de la semana en un intento de hacer valer su cargo como garantía de estabilidad institucional, después de que la comisión de Aquagest y su estrambótico desenlace dejase al tripartito en la enfermería. Reunido contra el PP, el gobierno de Oviedo acaba disparándose en el pie, autolesionado y con la sensación de que los hay ahí adentro que ya no creen en la triple alianza de la capital.

El alcalde ha tenido que lidiar con uno de los golpes más duros que le ha lanzado la familia ovetense de Podemos desde que ellos mismos le auparon al sillón de Alcalde. La comisión de investigación de Aquagest, la que pretendía terminar de una vez por todas con el exregidor Caunedo y colgarle responsabilidades por la devolución de un aval a una filial de la empresa de la trama del agua, casi acaba con el tripartito hecho trizas. La amenaza de Somos de romper el pacto de gobierno, aunque colgando al PSOE el muerto de un supuesto incumplimiento del compromiso de lucha contra la corrupción, suena a estrategia política en toda regla. A Somos le encaja ahora marcar distancias con los socialistas y, en Oviedo, vieron una buena ocasión estos últimos días.

A Wenceslao López, no sin sombras en su gestión de alcalde, ninguna connivencia con la corrupción o actuaciones dudosas o irregulares se le pueden señalar. Pero resulta que, cuando estaba a punto de acabar la comisión de la discordia, su presidenta, Ana Taboada (Somos), apareció con unas conclusiones de su puño y letra que quiso colocar a la trágala a los socialistas. Les ponía en la encrucijada. O aceptaban, o parecería que protegían a Caunedo. Pidió el PSOE más tiempo para ver los papeles y la maquinaria de la propaganda se les vino encima. La pesada estructura socialista en Oviedo nada pudo hacer para frenar las abrumadoras formas de Somos, sus comunicados, sus redes sociales, sus 'Telegram' y sus correos.

En la escena municipal ovetense pocas veces ha aparecido Podemos con tanta intención como unos días atrás. Su secretario general, Daniel Ripa, lanceaba a Wenceslao López y le decía que parecía no recordar quién le había puesto al mando de la ciudad. Lo afirmaba casi al tiempo que se negociaba sin éxito el texto de las conclusiones de la comisión.

López aparecía ya como encubridor de las supuestas corruptelas del PP. En avalancha, plataformas más o menos amigas de Somos reclamaban al PSOE y a su alcalde que luchase contra la corrupción. Después, Taboada le pondría públicamente en aprietos. Sería él quien rompería el gobierno si no firmaba el famoso documento. Al cabo de un día, López arropó a sus dos concejales de la comisión, Diego Valiño y Ricardo Fernández, para anunciar que habían firmado por su cuenta el documento y que lo habían registrado. Hasta pasaban por alto un párrafo con el que no estaban del todo de acuerdo, dijeron.

En clave interna, Somos lo interpretó como una bandera blanco; en la externa, como un armisticio; en realidad, a Taboada y los suyos ya nada más que les interesa mantener las formas (solo de vez en cuando) en el Ayuntamiento. Dan el pacto por amortizado y ya marcan territorio alejados del PSOE, una actitud que quizá pueda verse cada vez con más frecuencia. Hubo un espectador en todo esto, IU, la tercera vía municipal, atónita entre el vuelo de cuchillos y espectadora en primera fila de cómo una comisión creada para acabar con Caunedo y los resquicios del gabinismo casi pone fin al gobierno municipal.

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