El pasado fin de semana una sin techo de 84 años fue brutalmente agredida cuando dormía entre cartones en Madrid. No es casual que ella se llevase la peor parte y su marido lograse escapar. "El número de agresiones físicas y sexuales es mayor en el caso de las mujeres", dentro del colectivo de personas sin hogar. Lo afirma María Calleja, responsable del programa de Cáritas que atiende a las personas que no tienen casa. Calleja participa hoy en la II Jornada de las personas sin hogar que se celebra en Oviedo y que este año tiene como tema central el "Género y la exclusión social".
- ¿Son mas vulnerables las mujeres sin hogar que los hombres?
-Sí. Si las personas sin hogar ya son invisibles para la sociedad, las mujeres tienen un doble problema. La mujer que está en la calle está menos acompañada. Siempre se ha trabajado con el colectivo de persona sin hogar desde la perspectiva de los hombres y muchas mujeres ni siquiera pueden acceder a los recursos asistenciales.
- ¿De qué porcentaje se puede hablar?
-En Asturias el 14,8 de las personas sin hogar son mujeres, pero tampoco cifras del todo reales. Hay muchas mujeres que no tienen vivienda y que viven en viviendas de familiares o internas en alguna casa haciendo un trabajo sin remumerar y sin espacio propio. Esas mujeres no se cuentan, no entran en las estadísticas.
- ¿La prostitución?
-La mayoría de las mujeres que están en la calle no ejercen la prostitución pero está claro que en un caso de desesperación puede ser una alternativa para conseguir recursos.
- ¿Qué peculiaridadaes hay en el caso de las mujeres para acabar en la calle?
-Influye mucho la violencia de género y las rupturas sentimentales. El rol de la mujer siempre ha estado asociado al trabajo doméstico. Por norma general han cotizado menos y no disponen de independencia económica, así que cuando la cosa se complica con la pareja son ellas las que acaban en la calle. Son cada vez más jóvenes pero también aumenta el número entre las mayores de 65 años.
- ¿Y sus hijos, en caso de que los tengan?
-Muchas veces pierden la custiodia, por fata de recursos y por poblemas mentales o de adicciones, y eso es ya la puntilla.
- ¿Cuál es la solución?
-Que nos coincienciemos todos. Lo primero las personas que trabajamos en ello. Debemos darnos cuenta de que están siendo vulnerados los derechos fundamentales de muchas mujeres. Debemos tener una mirada de género, una mirada que nos permita ver realmente lo que no nos estamos planteando. Debemos tener más sensibilidad y trabajar siempre desde el entendimiento de la dignidad poniendo una especial atención al trabajo que debemos hacer con las mujeres.
