La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Al Final De La Semana

Oviedo capital, en lo bueno y en lo malo

Somos desprecia las ventajas de ser el centro neurálgico de Asturias

Oviedo capital, en lo bueno y en lo malo

No hay semana sin trifulca en el Ayuntamiento ovetense. Mucho show y puesta en escena pero poca materia detrás. Tocó esta vez tirar de un viejo reclamo: cuánto le cuesta a Oviedo ser la capital de Asturias y lo necesaria que es una ley para engordar las cuentas locales en compensación. Fue, cómo no, el imaginativo y brioso concejal de Economía, Rubén Rosón (Somos), el encargado de poner picante en el plato del Gobierno regional. Amenazó hasta con cobrar el "IBI de los ricos" al Principado por tener el Hospital en Oviedo. (El impuesto, por cierto, quedó anulado en un proceso judicial, con reprimenda incluida del TSJA al Ayuntamiento ante su intento de enmendar la plana al Tribunal).

Rosón usa uno de sus mejores recursos, el efectismo político, para inflamar el debate. Acude (sin citarlo así) al concepto del "cerco a Oviedo" que tanto manejaba Gabino de Lorenzo cuando había que apretar las tuercas al Gobierno de Asturias.

Se fija el concejal en los inconvenientes de liderar la región y no en las ventajas. Algunos expertos cifran en 100.000 personas las que entran y salen cada día de Oviedo desde el resto de Asturias. Tomen una empresa, una oficina, un supermercado, un banco o un restaurante cualquiera y vean de dónde llega cada cual. Ahí está parte de la respuesta. Qué decir del cuerpo funcionarial. ¿Cuánto gasta esa gente en Oviedo? ¿Cuánto contribuyen al entramado económico de una ciudad a la que acuden por su condición de capital?

Rubén Rosón sabía que su provocación era de corto recorrido, porque el Principado no iba a entrar al juego, y tampoco es que los suyos -de momento- le hayan hecho demasiado eco. ¿Reclamaba quizá una nueva vía de financiación municipal? Lo hace, además, el concejal de Economía de un Ayuntamiento que, a pesar de gobernar con mayoría suficiente, es incapaz de que su presupuesto entre en vigor el 1 de enero, con el perjuicio que supone para la ejecución de las inversiones. Es decir, reclama Rosón dinero al Principado cuando sus cuentas tienen cierto desorden.

Su partido, Somos, desprecia el activo que supone ser una capital, el centro neurálgico de una zona central, la asturiana, que, esto sí, si funcionase al mismo ritmo, acompasada, podría ser una de las "ciudades" con más potencia de España, en lugar de una de las regiones más débiles.

Compartir el artículo

stats