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"Me dieron el alta sin operarme de un aneurisma porque no había anestesistas"

Félix Rubio, de 51 años, es el segundo paciente con dilatación arterial que se queda a las puertas del quirófano por falta de personal en el HUCA

Félix Rubio, ayer, en su domicilio de Oviedo. IRMA COLLÍN

Félix Rubio se duchó muy temprano el 27 de noviembre en el baño de su habitación del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Se tumbó en la cama y esperó nervioso a que le llevasen al quirófano a las ocho de la mañana, para operarle uno de los aneurismas cerebrales que le detectaron en abril y ponen en peligro su vida. Hacia las nueve menos diez, una auxiliar entró a darle la medicación y el desayuno. "Oiga, esto no puede ser. Me van a operar", dijo este leonés de 51 años afincado en Oviedo. Tras varias idas y venidas de la jefa de enfermería y otras tantas comunicaciones internas del servicio de neurorradiología, un miembro del equipo médico le comunicó a mediodía que habían suspendido la operación por falta de anestesistas. También le pidió perdón.

"Me dieron el alta sin haberme operado, porque no tenían personal, y a mí me entró muchísima angustia". Cuando Rubio leyó el miércoles en LA NUEVA ESPAÑA que a otro paciente con la misma dolencia que él le había pasado un día después exactamente lo mismo, la angustia dio paso a la indignación. "Está claro que este tipo de fallos no son culpa de los médicos, sino de la mala organización del hospital", lamenta el paciente.

Otra confusión

Para ejemplificar aún más lo que, a su juicio, es una mala organización del centro sanitario, Rubio relata lo que ocurrió cuando ingresó en el HUCA el 26 de noviembre (la fecha prevista inicialmente para intervenirle). Un enfermero pasó a verle con una carpeta bajo el brazo para informarle de los pormenores. "Bien, se opera usted del túnel metacarpiano". El paciente y su mujer se quedaron con la boca abierta antes de reaccionar y decir que había un error. El cirujano de guardia revisó el expediente y finalmente fijó la operación para las ocho de la mañana del día siguiente. Lo que pasó después fue la suspensión temporal ante la carencia de anestesistas.

"Fueron dos errores seguidos que dan mucho que pensar, alarman y deprimen al que está a las puertas del quirófano", cuenta Rubio en su casa, justo después de haber recibido una llamada del HUCA. Y es que acaban de informarle de la nueva fecha de la intervención. Deberá ingresar este domingo para operarse el lunes.

La noticia le ha quitado un peso de encima. "No le tengo miedo a la operación. Es más, quiero pasarla lo antes posible. Lo que me aterra es la incertidumbre y saber que estoy en peligro porque en cualquier momento el aneurisma puede romperse". Eso fue lo que hizo que Rubio presentase una reclamación en el servicio de atención al paciente el día que se fue a casa sin haber sido operado.

Enfermedad

Félix Rubio fue conductor de camiones y está jubilado por problemas médicos. Hace ocho meses le detectaron tres aneurismas en el cerebro y está pendiente de saber si existe un cuarto. Un aneurisma es una dilatación anormal de las paredes de una arteria o vena, que, que según su medida, corre el riesgo de romperse.

"El médico me dijo entonces que la operación había que hacerla sí o sí y que corría prisa porque hay un aneurisma a punto de reventar en la parte izquierda del cerebro". Pese a tener esta espada de Damocles encima, Rubio está más tranquilo ahora que acaban de darle fecha para operarle. Será el final feliz de un camino tortuoso que incluyó la realización en junio de un cateterismo y del preoperatorio en agosto. Estos días ha notado un empeoramiento de sus mareos y dolores de cabeza, pero lo achaca a la ansiedad vivida en el HUCA.

El primer caso

El otro caso similar al de este paciente es el de Juan Pruneda, un langreano que también tuvo que irse a su casa el 28 de noviembre con el alta médica sin haberse operado de su aneurisma cerebral. Así lo contó a este periódico: "Me explicaron que un anestesista estaba de baja por enfermedad y que otro había tenido que hacer una intervención la noche anterior. Me dieron a elegir entre quedar ingresado allí o irme a casa, pero dejándome claro que no me operarían hasta dos semanas después. Me fui a casa. En teoría me llamarán la próxima semana, pero ya no me fío".

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