La primera vez que el cineasta Sergio Sánchez pidió visitar la fábrica de armas de La Vega, ya tenía una película en la cabeza, "El secreto de Marrowbone" y unas localizaciones en las que ambientar su historia de misterio en una Norteamérica rural de los años cincuenta. Y aunque al principio hubo un intento por buscar allí, en los chalés, hasta la casa en la que se desarrolla buena parte de la acción, tres naves bastaron al final para recrear un pueblecito rural americano en medio de la Tenderina.

Viendo "El secreto de Marrowbone", nadie diría que las localizaciones se han rodado en una fábrica de armas que se ha estranado con esta producción como plató de cine con muchas posibilidades. El equipo artístico de Patrick Salvador y Jaime Anduiza lograron con creces el reto que suponía encontrar en Asturias una localización adecuada para la localidad sureña y la biblioteca de Allie (Anya Taylor-Joy).

Lo mejor del trabajo en La Vega es que salvo el enorme chroma (una tela de color sobre la que luego es posible incluir cualquier imagen) que les permitió llevar el mar hasta el set de rodaje, todo el trabajo es artesanal. La nave de mantenimiento mecánico se convirtió en la tienda de ultramarinos Molly´s General Store. El exterior se pintó de blanco, se añadieron ventanas, carpinterías, y en el interior se recreó con detalle todo el establecimiento.

Hoy es difícil dar con el rastro de ese trabajo en La Vega, porque la productora prometió a Defensa, y cumplió a rajatabla, dejar todo como estaba.

Hasta en la Escuela de Aprendices, convertida en la ficción en el centro social que incluye el despacho de Porter (Kyle Soller), la consulta del médico y la biblioteca de Allie, los fotogramas muestra orden de libros y estanterías y en la realidad el equipo de "Marrowbone" tomó fotos antes y devolvió los lugares al desorden anterior.

También se fabricó un taller mecánico con un surtidor de gasolina, que prácticamente no se ve en el filme, y frente a la tienda de Molly, en las naves de la oficina de ingeniería y en un lateral del taller de chapa y soldadura se recrearon otras tiendas de electrónica y de pinturas.

La magia del cine llevó La Vega desde un pasado reciente a otro más remoto. Los años cincuenta, el sur de Estados Unidos y hasta el mar.

Este es el antes y el después de La Vega durante el rodaje de "El secreto de Marrowbone"

La biblioteca se recreó en el aula principal, la más grande de la escuela de aprendices de La Vega. Se trajeron muebles nueves y se utilizaron algunos que ya estaban

Una de las salas de los directores de la Escuela de aprendices se convirtió, en la ficción en el despacho de Porter.

Interior de la tienda de ultramarinos de Molly, en la nave de mantenimiento mecánico. Arriba, en la película, debajo en su estado actual, totalmente vacía y de nuevo con las puertas y ventanas originales.

El único retoque digital es el que permitió instalar el mar al fondo de La Vega, utilizando un inmenso chroma para trucar la imagen

Frente a la tienda de Molly, en las naves de la oficina de ingenieros y el taller de chapa también se recrearon otras tiendas

La tienda de ultramarinos de Molly sorprende por el estado actual de la nave y el trabajo que hizo el equipo de Marrowbone, pintándola de blanco y añadiéndole algunos elementos a la fachada hasta convertirla en un establecimiento de ultramarinos de un pueblecito americano de los años cincuenta

Más imágenes del estado actual de los espacios de la fábrica de La Vega y de cómo aparecen en la película