Una avería en la conducción de agua del edificio parece ser la causa de la inundación, ayer por la mañana, del sótano de la delegación de Misiones Diocesanas del Arzobispado de Oviedo en la calle del Rosal.

El agua llegó casi a los tres metros de altura alcanzando el techo del sótano y subiendo varios peldaños de las escaleras que dan acceso a la planta baja. "El destrozo es enorme". Es la primera valoración que pudo hacer el delegado de Misiones, Pedro Tardón, a las dos de la tarde de ayer, cuando los bomberos ya habían logrado sacar prácticamente toda el agua acumulada. Las bombas estuvieron trabajando a pleno rendimiento durante cinco horas, hasta el punto de que en algunas ocasiones los bomberos tuvieron que parar porque era tanta la cantidad de agua a achicar que el emisario de la calle del Rosal no daba abasto.

Se trata de una perdida irreparable. En el sótano inundado se encontraban todos los archivos del anterior delegado de Misiones, el párroco Luis Legaspi, fallecido recientemente. Además, en la misma planta que ha quedado cubierta por el agua se encuentra la capilla. También está en ese espacio la nueva caldera instalada en la sede hace poco más de un año.

Teresa Villar, trabajadora de la delegación de Misiones, se encontró esta mañana con el desastre cuando llegó a trabajar. Fueron los vecinos del edificio los que le avisaron de que tenían agua en el sótano, pero no se imaginaba tanta cantidad.

Documentación, libros, fotografías, el archivo de los últimos años de las Misiones Diocesanas en Burundi, Ecuador, Guatemala y otros puntos del mundo. Lo único que se salvó fue la documentación sobre la misión de Benín que en los últimos días se había trasladado a la primera planta para ordenarla.

Ahora queda valorar el daño económicamente pero Tardón ya apuntaba ayer que es "incalculable" por todo el patrimonio documental que ha quedado destrozado por el agua.