R. L. Q., la joven que fue drogada y violada cuando tenía 17 años en un piso de Oviedo, ratificó ayer la denuncia. Gerson R. F., "Pipo", el dominicano de 44 años al que la sección segunda de la Audiencia juzga por agresión sexual y tráfico de drogas, aprovechó que la chica se había emborrachado y perdido la noción, tras fumar marihuana y tomar en la bebida una sustancia que podría ser metanfetamina, para acostarse en la cama con ella y forzarla. Ella se despertó y le preguntó al hombre qué hacía, a lo que éste respondió: "Ay, qué rico, mami", mientras consumaba la violación. La defensa del hombre, a cargo de Gabino Puente, insistió a la joven por los motivos por los que no había pedido auxilio. La menor confesó haberse sentido intimidada. La chica, que declaró tras un biombo, negó haber dado consentimiento alguno. Las otras menores involucradas en este episodio apoyaron la versión de la joven. La defensa pidió la absolución. El acusado admitió que mantuvo contacto físico, pero limitado a "unos besos", y siempre con el consentimiento de ella.

El padre de la joven violada estuvo apoyándola en todo momento. La chica está muy afectada por tener que recordar lo ocurrido (sin olvidar que su madre fue ingresada ayer mismo) y le costó mucho mantener el temple. El padre estaba indignado tras conocer los detalles. "Este es un juicio a un miserable que drogó a una menor y la violó, no tiene nada que ver con la raza", indicó. Su hija estaba en aquel momento internada en el centro de menores del Parque de Invierno. Con unas amigas, una de ellas dominicana, acudió al piso del acusado. "Venga, fiesta", decía el dominicano, mientras daba porros y bebida a las menores, dos de 14 años. Todo fue degenerando hasta que echó unos polvos blancos en la bebida. R. L. Q. se sintió tan mal que vomitó y tuvo que meterse en la cama, y luego vino la agresión sexual. El fiscal mantuvo su petición de 11 años de cárcel.