No hubo milagro de Navidad y Oviedo se queda definitivamente sin pista de patinaje sobre hielo para las fiestas que se avecinan. El segundo plazo abierto por el tripartito para conseguir una empresa que se hiciera cargo de la instalación se cerró ayer sin ofertas, al igual que ocurrió con el primer intento.

La empresa que puso la pista el año pasado renunció a presentarse al entender que las nuevas bases no eran ventajosas y que, además, la primera convocatoria se abrió tarde, un mes después que el año pasado

Tras no haber tenido éxito en primera instancia, el Ayuntamiento inició un segundo proceso de adjudicación en el que optó por la subasta, para beneficiar a las empresas interesadas que ofreciesen un precio menor para los usuarios. Desde el Consistorio nunca hubo demasiadas esperanzas en sacar adelante la pista al segundo intento tras haberse declarado desierto el primero.

La empresa encargada de colocar la pista de hielo en 2014 en Porlier y el año pasado en la plaza de la Catedral argumentó su decisión de no concurrir en varias razones. Por un lado, sus responsables aludieron a una cuestión de plazos, por cuanto el primer contrato se sacó a concurso a finales de noviembre, lo que significó casi con un mes de retraso respecto al año pasado.

Según las fuentes consultadas en la empresa, esa demora supuso que no quedara tiempo suficiente para montar la instalación en la plaza de la Catedral.

Modificaciones

Además, se produjeron una serie de modificaciones en las condiciones del contrato que también echaron para atrás a la empresa. En 2014, el Ayuntamiento pagó 24.000 euros por la instalación y el año pasado cedió gratuitamente el suelo. Sin embargo, en la primera convocatoria de este año se cobra la ocupación. Además, la pista tampoco sería rentable desde el punto de vista económico por los tiempos de uso de los patinadores. En Gijón y Avilés hay un mínimo de 30 minutos. En Oviedo, el año pasado era de 15 minutos y este año los pliegos de condiciones lo subían a 20 minutos.

Tanto Gijón como Avilés estrenaron hace días sus pistas de patinaje como grandes alicientes de su oferta de ocio navideño. Por su parte, salvo sorpresa de últimisima hora la capital del Principado se quedará este año sin el que fuera uno de sus principales reclamos en los años anteriores, lo que podría provocar una fuga de visitantes a las otras ciudades.