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Los cultivos del Paraíso

El secreto de la bella rosa de alabastro

La echeveria, originaria de América, se ha puesto de moda en los interiores y exteriores de Asturias; es fácil de reproducir y de mantener

Un tiesto con una echeveria. M. C.

Llevaba años viviendo en Italia pero siempre que tenía tiempo volvía a su tierra, aunque fuera solo un par de semanas. Se instalaba en la casa familiar, donde su madre casi centenaria vivía sola. La anciana era una apasionada de las plantas y tenia cientos de macetas por el patio y muchas de ellas al llegar el duro invierno las guardaba en casa. Se pasaba el día atendiéndolas. Era lo único que tenia que hacer.

Cada vez que llegaba ayudaba a la madre a cuidar aquel vergel. En realidad no entendía que para su madre aquellas plantas eran su vida, y siempre la intentaba convencer de que cuidar todo aquello era demasiado trabajo. Su debilidad eran los cactus y las crasas; los coleccionaba. Dentro de este tipo de plantas hay un grupo muy importante. Se trata de las echeverias, pertenecientes a la familia Crassulaceae, originarias de América Central. Cuentan con una amplia gama de variedades, y en la actualidad ha adquirido mucha popularidad entre los aficionados a la jardinería, por su fácil cultivo y por su belleza. La echeveria está de moda y no es raro encontrarla en interiores y exteriores, en macetas e incluso en jardines verticales. Las temperaturas óptimas para ella giran en torno a los veinte grados en verano y en invierno las temperaturas próximas a los cinco grados pueden llegar a ser demasiado bajas. A pesar de que suelen ser muy resistentes, hay variedades que no toleran temperaturas tan bajas; en ese caso no debemos arriesgarnos a cultivarlas en el exterior.

El sustrato ha de drenar bien. Para ello, si no disponemos de una mezcla ya preparada específica para este tipo de planta, se puede hacer en casa la mezcla. Con arena conseguiremos que la porosidad sea mayor. Les gusta la luz, los lugares luminosos, es más una exposición directa favorece el crecimiento de la planta, y en el caso de estar en un sitio con poca claridad la planta comenzara a ahilarse perdiendo la forma baja y compacta.

El riego será escaso, pudiendo hacerse uno mensual, pero antes hay que asegurase que lleva varios días la tierra seca. A la hora de regar lo que mejor le va a esta planta es poner un plato y echar un poco de agua; por capilaridad la tierra se ira empapando poco a poco, y en un par de horas si queda algo de agua en el plato deberá retirarse para evitar encharcamientos.

Durante los meses de primavera y verano puede aplicarse un abono una vez al mes, que deberá ser rico en magnesio. Con estos pequeños cuidados ya sólo queda disfrutar de ellas y de la espectacular floración, que mas o menos al llegar marzo comienza hasta ya bien entrado el verano. Este tipo de plantas no se podan, lo que se hace es ir eliminando las hojas mas bajas que se van marchitando, dejando las sanas. Si no tenemos cuidado y la planta está en un lugar muy frío y con corrientes de aire puede perder las hojas, pues a pesar de estar sanas se caerán solas, de ahí la importancia de buscarle un lugar apropiado.

En caso de pasarnos con el riego, los tallos comenzaran a pudrirse. Suele ser muy resistente a las plagas, salvo por los ataques de cochinilla. Es un asunto con el que hay que estar pendiente e incluso puede hacerse algún tratamiento preventivo.

Si hay plantas fáciles de reproducir estas son las echeveria. De una podemos obtener cientos, Una buena forma es por esquejes de tallo. P ara ello cortaremos el esqueje y dejaremos que se seque la herida en un par de días. Colocaremos el esqueje en arena y mantendremos ligeramente la humedad. En muy poco tiempo comenzarán a crecer raíces.

Otra manera muy rápida y fácil de obtener plantas es mediante una hoja. La cogeremos con cuidado, colocando en la tierra la parte de intersección entre la hoja y el tallo, de modo que quede semienterrada. Al igual que ocurre con el esqueje de tallo en poco tiempo estará enraizado.

De la planta madre suelen salir hijos. Estos retoños pueden separarse de la planta con cuidado y ponerse a enraizar. Y por último, un método menos habitual y más lento es por semilla. Disfrútenla.

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