La emoción, el reconocimiento y la nostalgia se dieron ayer cita por partes iguales en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El centro sanitario ofreció un sentido homenaje a los 258 trabajadores del área IV jubilados a lo largo de este año, entre constantes referencias a las dificultades que entrañó el traslado desde el Cristo a La Cadellada y con muchas muestras de reconocimiento a la capacidad de los profesionales, al haber colocado al hospital entre uno de los 20 mejores según el ranking de los hospitales públicos del país, dado a conocer el pasado mes de noviembre.

"Fue un traslado traumático, pero nosotros lo sacamos adelante", relató la hasta ahora jefa del servicio de Microbiología del hospital, María de la Oña Navarro. Logró una buena ración de aplausos tras su intervención, una de las cuatro de representantes de los nuevos pensionistas.

Por el atril pasaron también el supervisor de la unidad de Hospitalización, Francisco López Marinas; el jefe de taller del servicio de mantenimiento, Jesús Cañas, y la coordinadora de enfermeras del centro de salud de Ventanielles, Paz Noriega. El primero lamentó lo rápido que pasaron los últimos 40 años y animó a sus compañeros a disfrutar de la jubilación. "¿Y ahora qué toca? Pues toca vivir la vida", indicó López Marinas.

"Este sistema no nació sólo, sino que es fruto del esfuerzo de varias generaciones", apuntó Cañas. El trabajador "no sanitario" animó a las siguientes hornadas de trabajadores a seguir peleando por mantener el sistema y a la administración a "dignificar" la labor de la plantilla.

La más emocionada fue sin duda Paz Noriega. Fue la portavoz de los jubilados de Atención Primaria y no pudo contener las lágrimas al agradecer a sus compañeros los buenos momentos durante cuatro décadas de dedicación. La enfermera llamó a valorar el gran desarrollo de la red de centros de salud y consultorios desarrollada desde sus inicios hasta la actualidad. "Antes sólo había dos centros de referencia para todo Oviedo y ahora tenemos una cobertura excelente", recalcó.

Todos ellos coincidieron en destacar la importancia "tecnológica y arquitectónica" del nuevo HUCA, pero sin olvidar los "muchos problemas que hubo y sigue habiendo". "Maldito programa informático", comentó con humor María de la Oña Navarro poco después del discurso inaugural del gerente del área IV, Luis Hevia Panizo.

El responsable del HUCA destacó el papel "importante y anónimo" de los trabajadores para hacer posible "el hito" de lo que a su juicio fue "un macrotraslado" desde El Cristo a La Cadellada. "Enhorabuena y felicidades por lo conseguido", indicó Hevia a los más de cien jubilados que recogieron su diploma conmemorativo.