"Se necesita la colaboración de toda la sociedad para denunciar la injusticia; espero que encontréis en este libro la magia que os transporte del mundo visible al invisible". Así lo aseguró ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA la escritora mierense María Luz Pontón , autora de "La misteriosa desaparición", un libro que narra la historia de una adolescente atrapada en el interior de un vehículo que es incapaz de recordar quién es y cómo ha llegado hasta allí. Su único contacto con el exterior se produce a través de su carcelero, Llavero "el Diablo", y de otros extraños personajes.

Misterio, aventuras, humor y mucha denuncia son los ingredientes de un libro destinado al público juvenil, tal como quedó patente entre los asistentes que llenaron el Club; pero también ideal para hacer reflexionar a los adultos, a través de una historia dura y real como la vida misma. Pontón es doctora en Pedagogía y ha tratado el acoso escolar, el racismo y la solidaridad. En esta obra, se centra en la superación de las fobias. Así lo destacó en la presentación Wenceslao López, alcalde de Oviedo, que aseguró que se trata de "una novela de pequeños y mayores, para que todos aprendan esos valores de igualdad y solidaridad, donde los niños están en el lado bueno y son los que tienen los valores".

Santiago García Granda, rector de la Universidad de Oviedo, felicitó a la autora, integrante del Consejo Social de la Universidad, e hizo un llamamiento a mirar a los desfavorecidos. "Somos egoístas con las personas que sufren, nos molesta ver su dolor; como sociedad nunca deberíamos olvidar que somos comunidad y debemos cuidarnos unos a otros".

Francisco Rodríguez, presidente de Ilas-Reny Picot, escritor y conferenciante, encantado de estar entre un público tan joven, destacó la especial habilidad de la escritora para el manejo de los bables. "El modo de hablar de Leitariegos no se parece en nada al de Pola de Siero, y todos coexisten". "La novela nos obliga a meditar sobre la existencia del mal; pone de relieve un drama humano y a la vez refleja la aparición del bien", señaló Rodríguez. La parte final del acto estuvo protagonizada por una dramatización a cargo de un grupo de alumnos de sexto curso del colegio público Buenavista I de Oviedo. El Coro "Piccola Piloñesa" interpretó cuatro canciones, y Jara Álvarez, de 11 años, alumna del Buenavista I de Oviedo y de música tradicional, cantó una tonada. Como despedida Pontón firmó ejemplares.