"Cuando bajé del monte, después de pasar cien días sólo en Redes, me sorprendió ver las caras tan tristes de la gente de la ciudad; la vida que llevamos nos hace mucho menos felices de lo que pensamos". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el empresario José Díaz Martínez, a quien le cambió la perspectiva de las cosas una experiencia única de la que salieron el libro "Cien días de soledad. Diario de una experiencia", un documental y un blog que publicó en este periódico.

El volumen recoge el diario del documental "Cien días de soledad", dirigido por Díaz y coproducido por Wanda Films y TVE, finalista al premio especial del jurado en el Jackson Hole Wildlife Film Festival, considerado como los "Oscar" del cine de naturaleza.

En realidad, Díaz siempre fue un apasionado de la naturaleza y de la vida libre de ataduras tecnológicas. No utiliza móvil y confiesa que le aterra la idea de tener que cargarlo a diario. "Es una de las obligaciones que nos quitan tiempo y que nos impiden disfrutar de la vida", aseguró ayer. Confesó que los primeros días en la cabaña, sin presencia humana y sin tener cerca a sus hijos y su mujer, se le hicieron muy duros. "Al principio me pasaba el tiempo preparando las cámaras para hacer tomas", relató.

A falta de conversación, se volcó en observar lo que tenía alrededor. Por ejemplo, descubrió que las gallinas hacían mucha compañía. "Incluso una de ellas se enamoró de mí y me seguía a todas partes", contó con buen humor.

Los más de tres meses de vida solitaria funcionaron como una especie de cura contra la soberbia. "Allí arriba te das cuenta de que no somos nadie; todos somos perfectamente prescindibles". También tuvo tiempo para meditar y buscar un espacio de encuentro con su hermano Tino, fallecido hace 25 años, al que estaba muy unido. "Estamos equivocados con el ritmo de vida que llevamos. Pensamos que tener muchos aparatos, comer en buenos restaurantes y vestir bien nos da la felicidad, y no es así".

En opinión de José Díaz, "la felicidad es poder levantarte sin despertador y no tener prisa". "También me consta que hay gente que sí sabe disfrutar de la vida, como muchos buenos amigos que han venido esta tarde", recalcó. Uno de los personajes que inspiran al "solitario de Redes" es José Mujica, anterior presidente de Uruguay, que proclama su desapego hacia las cosas materiales. "Mujica es para mí el ejemplo de lo que debe ser la vida". A medida que avanzaba la estancia en el bosque, Díaz se animó a realizar grandes caminatas acompañado por su caballo, "Atila". Así descubrió la fauna de la zona y aprendió que "hay que disfrutar de las cosas que nos gustan sin esperar a mañana".