"Los humanos siempre vamos a querer algo que no podrá darnos la máquina más perfecta, por eso estaremos a su lado; aunque esa máquina lo haga mejor pondremos a una persona con ella". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Nacho Rodríguez Solís (Oviedo, 1984), ingeniero de Telecomunicación por la Universidad de Oviedo y actualmente "lead data scientist" (líder científico de datos) para Vodafone Group Enterprise, cuya sede principal está en Londres.

Rodríguez Solís habló en una sala repleta de público en la que, además de su familia, estaba el profesor de la Universidad de Oviedo Santos González, cuyo hijo, David González, es el responsable del equipo en el que trabaja el ingeniero, discípulo suyo, del que se mostró muy orgulloso.

Nacho Rodríguez Solís realizó un recorrido por la evolución de la inteligencia artificial desde los años noventa hasta ahora para explicar la revolución que supone la nueva tendencia del "deep learning" o aprendizaje profundo. Aclaró que el "boom" de la llamada inteligencia artificial se debe a la confluencia de una inmensa disponibilidad de datos en la actualidad con un alto desarrollo de la capacidad de computación, en el nivel más alto de la historia. "El aprendizaje profundo es una revolución dentro de la llamada inteligencia artificial, que en realidad no es inteligencia propiamente", señaló el científico, exalumno del colegio de las Dominicas. Así, indicó que con el aprendizaje profundo se construyen sistemas capaces de "aprender" a partir de la experiencia mediante el entrenamiento basado en ejemplos conocidos, como cuando se señala un árbol a un niño y se le dice: "Eso es un árbol". "Si somos capaces de hacer que la máquina vea muchos ejemplos terminará por aprender los pequeños detalles y podrá identificar, por ejemplo, todo tipo de señales de tráfico", explicó.

Rodríguez Solís ofreció en su charla, realizada en colaboración con el Círculo Cultural de Valdediós y presentada por su presidente, Martín Caicoya, interesantes pistas sobre las novedades que traerá para la vida diaria el auge de las computadoras inteligentes. Una de ellas es la proliferación de "chatbox", cerebros electrónicos con los que se puede hablar e incluso dialogar. "Están de moda y son muy útiles; facilitan la tarea a la hora de buscar un producto y mejoran la experiencia del usuario en la operación de compra".

Los llamados "recomendadores" también contribuirán a hacer la vida mucho más fácil. "Seleccionan los productos interesantes para nosotros, nos sugieren las canciones que nos pueden gustar en una lista de reproducción o nos hablan de un restaurante cercano al que estamos visitando". A estas aplicaciones se une la evolución de la visión por computador, que, entre otras cosas, es capaz de leer la matrícula del coche por ordenador para abrir la puerta del garaje de manera automática. Otras aplicaciones más complejas están relacionadas con la realización de diagnósticos médicos más precisos. "Si somos capaces de tener suficientes ejemplos tal vez encontremos cosas que no conocíamos de antemano", aseguró Rodríguez Solís.

Las máquinas de seguridad de los aeropuertos de Estados Unidos que clasifican el nivel de "peligrosidad" de los pasajeros en función de una serie de parámetros, o el programa de Google capaz de leer la diminuta y poco clara etiqueta de un "router" para conectar el aparato directamente fueron otros de los ejemplos destacados por el especialista, que también hizo gala de su formación humanística al expresar en voz alta las dudas éticas que pueden surgir a medida que las máquinas tengan que "pensar" más. Un caso simple puede ser el del futuro coche que se conducirá solo. "La máquina tiene unos criterios, pero el piloto en la carretera toma muchas decisiones, por ejemplo sobre la disminución de la velocidad en un tramo", recalcó. Las redes entrenadas para traducir a cualquier idioma usando imágenes y textos son otra "revolución". La edad de oro de la inteligencia artificial llega tras lo que Rodríguez denominó "un pequeño invierno en el que explotó la burbuja".

La actividad del Club Prensa Asturiana regresará el próximo 3 de enero con una conferencia acerca del modelo territorial vigente durante la II República en España