El Escorialín volverá a abrir el próximo mes de abril y lo hará de nuevo como oficina municipal de turismo. Así lo confirmó ayer el concejal del ramo, Rubén Rosón (Somos).

Operarios municipales se afanaban ayer en reparar el tejado del edificio de la esquina del Paseo de los Álamos con la calle Marqués de Santa Cruz que resultó dañado la noche del pasado día 27 durante un fuerte temporal de viento. Una fuerte racha desgajó parte de un árbol que al caer destrozó la galería acristalada del Escorialín y dañó el tejado, aunque no afectó a su estructura.

Ahora "las obras de reparación llevarán tiempo", explicó Rosón , que asegura que en un plazo de unos tres meses los trabajos estarán concluidos y se podrá abrir de nuevo la instalación.

El Escorialín está cerrado desde el pasado 30 de noviembre. Hasta esa fecha la información turística de esta instalación municipal la ofrecían los trabajadores de un plan de empleo del Ayuntamiento. Los últimos informadores turísticos procedentes de la escuela taller que se desarrollaba en colaboración con la Facultad de Turismo de la Universidad de Oviedo trabajaron desde el 16 de diciembre de 2016 hasta el pasado 30 de noviembre y cobraban 500 euros por la jornada completa.

La intención del Ayuntamiento es poner el servicio en manos de una empresa especializada a través de un contrato menor. Rosón tenía previsto que los turistas pudiesen acudir a estas dependencia este mismo mes de enero pero el temporal obligó a retrasarlo todo y no será hasta abril, con el edificio ya reparado, cuando se contrate ese servicio.

El edificio del Escorialín fue proyectado en 1952 para albergar actividades comerciales. El inmueble albergó hasta los ochenta un puesto de venta de flores, un quiosco de periódicos y chucherías y hasta sirvió de base a los limpiabotas. Forma parte del Catálogo Urbanístico del concejo y cuenta con un nivel parcial de protección que no llega al grado de Bien de Interés Cultural (BIC).