Hay dos opciones, ninguna sencilla, para resolver la cuestión catalana, en opinión del profesor de Derecho Internacional público de la Universidad de Sevilla, Daniel Guerra Sesma. "O se llega a un acuerdo entre los tres nacionalismos (español, vasco y catalán) o se llega a un acuerdo entre los tres partidos constitucionalistas (PSOE, PP y Ciudadanos)".

La teoría, las propuestas, las expuso ayer el profesor en la presentación de su libro "El pensamiento territorial de la II República" en el Club Prensa Asturiana en LA NUEVA ESPAÑA.

Ese pacto entre nacionalismos supondría que los constitucionalistas aceptasen la plurinacionalidad de España, "con tres naciones con su derecho a decidir", pero también "País Vasco y Cataluña deberían aceptar que son países binacionales porque en Cataluña la mitad de la población se siente española".

El pacto entre los tres partidos constitucionalistas (PSOE, PP y Ciudadanos) debería perseguir una reforma de la Carta Magna de 1978 en clave federal "pero eso no va a resolver los nacionalismos porque el independentismo catalán sólo lo aceptaría si en esa reforma se reconociese su nacionalidad con todas las consecuencias y un concierto económico", matizó el experto.

Y bien, si se aplican estas soluciones, ¿lo aceptarían otras comunidades autónomas? "A ver si por resolver el problema catalán creamos el problema andaluz, que no es menor", alertó Guerra Sesma.

Sea cual sea la solución adoptada, lo más probable es que deba ser sometida a referéndum y el profesor no cree que el nuevo estado de las cosas obtenga el mismo respaldo que tuvo la Constitución del 78, "con un 80 por ciento de apoyo en toda España y un 90 por ciento en Cataluña". De este modo, Guerra Sesma ve la reforma constitucional "muy poco probable" aunque según su opinión "si no hay acuerdo entre los tres nacionalismos, los tres partidos constitucionalistas deberían hacer algo".

El debate no es nuevo, se remonta ya al siglo XIX y se intensificó durante la II República. En los textos recopilados en el volumen presentado ayer se aprecia la discusión entre Ortega y Gasset y Manuel Azaña sobre el problema catalán. Al final, ambos llegan a la misma conclusión, que la solución es muy complicada y posiblemente nunca se logre.

De todos modos el tema de debate va, en opinión de Guerra Sesma, mucho más allá de las fronteras catalanas, vascas o españolas. "No estamos en Oviedo, no en Asturias, no estamos en España, estamos entre Estados Unidos, Rusia y China, tres estados con una vocación imperialista enorme". Por eso, sugirió, Guerra Sesma, "es importante decidir si España va a ser un estado federal, pero es más importante decidir si Europa debe ser federal o no. Es más importante decidir si reformamos los tratados europeos que la Constitución española" porque "cada vez son más los temas que se discuten en Bruselas, tenemos más legislación y jurisprudencia".

En las opiniones del profesor universitario abundó el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Adrián Barbón, que comparó la actitud del gobierno central frente al problema catalán con la de su sobrina "que cuando cree que le vamos a echar la bronca cierra los ojos y se pone contra la pared pensando que ya no la vemos y entonces el problema va a desaparecer". Barbón recomendó apasionadamente la lectura de un libro que "pese a contener textos de hace 80 años, es de rabiosa actualidad". En opinión del líder de los socialistas asturianos, la lectura del volumen puede arrojar luz sobre una cuestión, la de los nacionalismos, "de la que hablamos muchos pero en muchas ocasiones sin ningún contenido".

El acto fue presentado por el exdirector de la Fundación José Barreiro, Manuel Fernández de la Cera, que incidió no sólo en los 20 discursos de la II República que se recogen en el libro, sino en el análisis de los mismos que hacen el autor y el prologuista, Francisco Caamaño.