Andrea Fernández Pastor (Langreo, 1993) tiene, como todo el mundo, monstruos en su interior, pero un día decidió que no era necesario que estuviesen ocultos, que se escondiesen debajo de la cama, y los sacó de paseo. De ahí ha salido la última colección de esta artista que inaugura hoy en la sala Borrón (19.30 horas. Calle Juan Benito Argüelles, 3).
En la exposición "Lavado, secado y planchado", Andrea Fernández Pastor ofrece un recorrido por tribus de distintos lugares del mundo, los descontextualiza para hacerlos suyos y luego los coloca en espacios imposibles, relacionando unos con otros a personajes que en la vida real jamás han tenido contacto.
Un libro de razas del mundo y y fotografías reales de movimientos migratorios son la base sobre la que la artista plantea su nuevo universo. Son esos monstruos que tiene toda sociedad.
Las obras se construyen en papel, en piezas se que superponen. Un hombre puede tapar a otro porque lo pide la propia evolución al componer el trabajo y así ese primer monstruo queda tapado por otro con un rostro desdibujado. No son collages, son conjuntos de personajes que conviven. "Trabajo todos a la vez", subraya para dejar claro que son los propios personajes-monstruo los que dicen dónde quieren entrar a formar parte de uno de los cuadros.
Andrea Fernández Pastor estudió diseño de moda. En ello está ahora, como el vestido que luce en la fotografía que ilustra esta información. Y ese amor por el diseño se nota en el corte de algunas de las piezas, de esos personajes, como retales que van formando un todo.
La artista, seleccionada por el Principado para realizar esta exposición en Borrón y para participar en la Muestra de Artes Plásticas, ha colocado en todas las obras la iconografía del lavado, secado y planchado, como si hubiese pasado por esos procesos a todos los monstruos de todas las tribus del mundo.
