El Consejo de Patrimonio Cultural de Asturias deberá dar su visto bueno a todas y cada unas de las actividades artísticas que tengan como escenario el casco antiguo, el Campo San Francisco o cualquier otro espacio protegido de la ciudad. Este órgano, que asesora a la Consejería de Cultura en materia de protección del patrimonio, ha ratificado los criterios que ya había dictado en 2016 para autorizar este tipo de eventos en el entorno de bienes de interés cultural. Contra ellos alegó el Ayuntamiento de Oviedo, argumentando que de seguir al pie de la letra esas prescripciones la mayoría de la programación festiva y cultural se caería, por la "burocratización" de la tramitación.
El nuevo dictamen de la comisión permanente del Consejo de Patrimonio Cultural de Asturias fue aprobado el 2 de enero y no hace más que repetir los criterios de la primera vez.
El texto es impreciso y no concreta qué tipo de "expresiones artísticas" deben someterse a la supervisión del Principado. Se refiere a "expresiones artísticas de proyección pública en espacios urbanos que tengan una incidencia física, visual y paisajística en los bienes de interés cultural, especialmente en los conjuntos históricos, así como sobre los bienes incluidos en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias y los bienes con protección integral de los catálogos urbanísticos". Bajo ese epígrafe cabría incluir desde los conciertos de San Mateo o las proyecciones en las fachadas de los edificios durante la Noche Blanca hasta los músicos callejeros, las actuaciones de las bandas folclóricas por el Antiguo, el teatro y el cine para los niños en el Campo San Francisco o las actividades culturales organizadas por asociaciones ciudadanas en espacios como la plaza del Paraguas o el Fontán.
Las exigencias del Principado para autorizar un evento en esos espacios son tan exhaustivas y requieren tanto tiempo que la mayor parte de ellas no podrá llegar a celebrarse. De hecho el Consejo de Patrimonio especifica que los promotores de cada actividad deberán "efectuar su solicitud con suficiente antelación" y que la Consejería de Cultura dispone de seis meses para resolver esos expedientes.
El protocolo del Principado no afecta solo a Oviedo sino que es de aplicación en todos los municipios asturianos que tengan entornos o bienes con algún tipo de protección patrimonial. Oviedo alegó a la Consejería, reclamando una mayor concreción en las actividades que se verían afectadas por la norma.
Para otorgar el permiso para el desarrollo de una actividad de índole artística, la Administración regional requiere la presentación de un proyecto que debe contener los datos de identificación, información sobre el objetivo y finalidad de la intervención, sobre materiales, técnicas, bocetos o montajes virtuales, presupuesto, calendario, el currículum de los artistas y las pautas de control y seguimiento.
En su día, el Principado aseguró que no exigirá el cumplimiento del protocolo y que su intención es regular expresiones como los grafitis o las esculturas efímeras. A pesar de ello el gobierno tripartito ovetense mantuvo sus reticencias y alegó contra la medida.
