El fotógrafo ovetense Lorenzo Secades Alonso compone imágenes con la intención de mostrar lo que ve a través de su cámara. Así lo explica en el prólogo de su nuevo libro "Alma y tierra", una colección de trabajos que, ante todo, transmiten emociones. A lo largo de su trayectoria, Secades ha logrado numerosos premios. También cuenta con la prestigiosa distinción de la Federación Internacional de Arte Fotográfico: "Artiste Fédération Internationale de l'Art Photographique", que se concede a los fotógrafos que han participado con éxito en 15 salones internacionales, bajo patrocinio de la entidad.
Los estudios, en la Fundación Masaveu. "Nací en Oviedo y he vivido en esta ciudad toda la vida. Fui de los que inauguré la Fundación Masaveu, donde hice estudios de la rama del metal. Empecé a trabajar y por circunstancias lo hice en una empresa de artes gráficas. Tengo que decir que siempre he tenido la suerte de haber trabajado en Oviedo. De aquella compañía, en la que aprendí mucho, pasé al antiguo Hospital General, donde estuve treinta años de fotógrafo. La afición la descubrí precisamente en la empresa de artes gráficas. Gracias a mi amigo José Antonio Rado, el autor de los diplomas de los premios Princesa de Asturias, empecé a frecuentar el Ateneo, un lugar muy interesante en el que se organizaba un concurso anual de diapositivas. Allí fue donde aprendí de verdad fotografía. Todos los meses había que presentar un tema obligatorio. Esas diapositivas se mandaban al foto club Buenos Aires, un referente mundial en el que se reunían fotógrafos argentinos y las juzgaban. Ellos habían estado en Oviedo y les gustó mucho Asturias. Cada mes se cumplía el mismo ritual en la capital argentina. Los especialistas se sentaban, proyectaban las imágenes y luego hacían los comentarios que nos enviaban grabados en un casete. Nosotros íbamos reuniendo puntos que al final del año se sumaban para terminar con la designación de un ganador. De aquella tampoco había muchos sitios en los que estudiar, había que ir aprendiendo a partir de pruebas y errores. Yo siempre aspiré a tener la titulación de la Federación Internacional de Arte Fotográfico y lo logré. No quisiera equivocarme pero creo que soy el único asturiano que cuenta con ella y eso me llena de orgullo".
El fotógrafo del hospital. "Fui fotógrafo del antiguo Hospital General hasta que me jubilé. Todos los grandes centros hospitalarios tienen un departamento de fotografía, pero es algo bastante desconocido. En especialidades como dermatología la imagen es fundamental para ver la evolución del paciente. También me tocaba estar en el día a día del quirófano para sacar imágenes de casos poco comunes. Acabó siendo un trabajo muy ameno e interesante".
Una historia en cada imagen. "Me gusta contar historias a través de la imagen y es lo que hago en mi nuevo libro 'Tierra y alma". Muestro personas, que es lo que más me interesa. El elemento humano es lo más importante. El paisaje sólo me parece un poco frío. Publicar 150 fotos que tengan un buen nivel es muy difícil. Ha sido todo un desafío. Muchas de ellas han recibido premios internacionales".
Plasmar la realidad de los trabajadores cubanos. "Mi nuevo proyecto es fotografiar a los trabajadores cubanos que son los que sacan adelante el país a cambio de casi nada. Me interesa esa gente olvidada que subsiste con muy poco. Siempre procuro que se vea la función social del retratado. Hacer una cara es lo más sencillo, pero para lo otro tienes que buscar el escenario idóneo y realizar una preparación. Oviedo, como ciudad, me inspira para hacer fotos, pero como cualquier otro sitio. Cuando vives en un lugar se te pasan por alto detalles que en otras circunstancias te llamarían la atención. Lo más difícil es hacer que lo ordinario sea extraordinario. Entre mis lugares favoritos de la ciudad se encuentra el Antiguo y de forma especial la Catedral".
Aficionado a las nuevas tecnologías. "Me gusta todo lo relacionado con las nuevas tecnologías. Los que estuvimos en el mundo analógico tuvimos que pasar por ese duro proceso de dejar todo lo antiguo de lado para adecuarnos a las novedades. Reconozco que el formato digital tiene muchísimas más posibilidades y debemos aprovecharlas. Además, confieso que eso del revelador y el cuarto oscuro tampoco me atraía demasiado. También manipulábamos las imágenes; la diferencia es que ahora lo hacemos sentados ante el ordenador de una forma mucho más sencilla. La verdad es que en el sector hay una competencia tremenda. Todo el mundo hace fotos. Los teléfonos móviles cuentan con cámaras cada vez más potentes. A los fabricantes de equipos fotográficos les están bajando las ventas de forma alarmante. Con tantas facilidades, quieras o no, alguien puede tener suerte y de pronto un día hace una foto extraordinaria. Eso sí, luego nunca mas vuelve a repetir esa hazaña".
