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Los arreglos en la estructura se llevarán la mayor parte del dinero para el Tartiere

La partida presupuestaria global para el estadio es de 500.000 euros y el detalle de las obras se consensuará entre el Ayuntamiento y el club

Obras de sustitución del césped de la portería del fondo sur del Carlos Tartiere, el pasado diciembre. REAL OVIEDO

El Presupuesto municipal de este año recoge una inversión de medio millón de euros para la ejecución de diversas mejoras en el Carlos Tartiere. Aunque el detalle de las obras a realizar se concretará en una reunión entre responsables del tripartito y del Real Oviedo para la que todavía no hay fecha decidida, buena parte de esa partida presupuestaria se destinará a subsanar los numerosos, y en algunos casos graves, problemas detectados en la estructura del estadio municipal, según confirma la edil de Infraestructuras del Consistorio y segunda teniente de Alcalde, la socialista Ana Rivas.

Los técnicos municipales que han analizado con detalle el estado del campo de fútbol de la Ería achacan esos desperfectos a una "inadecuada conservación durante sus primeros años de vida", un periodo que coincidió con la más grave crisis sufrida por la entidad azul en sus nueve décadas de historia y en el que el Carlos Tartiere alcanzó alarmantes cotas de abandono, tanto en el césped como en las gradas.

A la vista de las advertencias realizadas por los técnicos del Consistorio -reforzadas por un estudio desarrollado por una consultora externa- el tripartito encargó el pasado año un proyecto de reparación de la estructura del estadio a una ingeniería especializada. En el mismo se detalla la relación de obras necesarias para reparar "todos y cada uno de los elementos estructurales" del Tartiere, entre ellas vigas, pilares, muros, forjados o tirantes de la cubierta. Las actuaciones se han programado en función de su urgencia y la primera fase está valorada en 90.000 euros.

El estadio Carlos Tartiere, inaugurado hace 18 años en sustitución del mítico recinto de Buenavista, que se había quedado pequeño para las necesidades del club, tiene la estructura de hormigón armado. Algunos daños en ella se aprecian a simple vista.

La empresa que redactó el proyecto para la estructura del Carlos Tartiere también ha llevado a cabo un estudio sobre los coeficientes de seguridad de los elementos afectados por la corrosión, entre ellos los tirantes de la cubierta. Además, se han realizado diversos ensayos para definir el estado de conservación de los hormigones o si hay problemas con los hierros. La ingeniería también propuso un seguimiento mediante monitorización del movimiento que parece producirse en las juntas de dilatación, con el objetivo de saber si son los propios de estas estructuras.

La inversión municipal de 2017 en el Carlos Tartiere se centró en proyectos para la mejora de la calefacción, la reforma de parte de la estructura de la cubierta para acabar con las goteras, el cambio de tuberías o el riego automático. Además, el Ayuntamiento también subsanó un hundimiento localizado en el vial de la fachada sur del estadio. El problema se originó por un "defecto" en la construcción del campo que, en ese punto concreto, no se ejecutó de acuerdo a los planos del proyecto original. Así, en lugar de usar las vigas de gran canto del "tipo 2" que estaban previstas entre las puertas 32, 33 y 34 del estadio, la constructora colocó vigas del tipo 1, como en el resto de vanos de la fachada.

Además, el Ayuntamiento ha aprovechado el parón invernal de la competición durante las fechas navideñas para tratar de mejorar parte del césped del estadio, especialmente la zona del área del fondo sur, la más dañada por las fuertes lluvias que cayeron sobre la ciudad el pasado mes de diciembre. El hecho de que el Oviedo haya jugado dos partidos fuera de casa de manera consecutiva, en Huesca y en el barrio madrileño de Vallecas, el pasado viernes, ha permitido realizar esta operación con mayor comodidad y con menor premura de tiempo.

El césped del Carlos Tartiere se cambió por completo en el verano de 2016, pero su estado nunca ha sido el óptimo a poco que cayeran cuatro gotas, como sucedió el pasado 10 de diciembre, cuando la vista a Oviedo de Osasuna hubo de despacharse sobre un terreno de juego absolutamente encharcado, con algunas zonas convertidas en auténticas "piscinas". El Ayuntamiento ya "parcheó" el terreno en el tramo final de la pasada campaña de liga y se ve obligado a hacerlo de nuevo ahora.

La conservación del Tartiere pasará a ser una responsabilidad del club en caso de ascenso a Primera.

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