El hombre acusado de abusar de una niña de cuatro años en el barrio de Pumarín se encuentra fugado en Ecuador. El varón viajó a su país de origen el pasado jueves, el mismo día que su pareja desde hace un año y madre de la víctima denunció los hechos ante la Policía Nacional. Fuentes policiales comunicaron ayer a la autoridad judicial la fuga del supuesto violador y ahora ésta deberá decidir si dicta una orden de detención internacional para ponerlo a disposición de la justicia española.

Los hechos se remontan a la noche del miércoles de la semana pasada. La mujer encontró a su pareja sobre el sofá abrazando a la niña. La pequeña estaba sin pijama y el hombre tenía restos de sangre en el pantalón, por lo que la progenitora decidió denunciar los hechos y llevar a la niña al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para que fuera examinada por pediatras.

Aunque a simple vista la menor no presentaba daños, las pruebas no descartaron la posibilidad de abuso sexual. Fue entonces cuando la Policía Nacional decidió lanzar una orden de búsqueda y detención no judicial. Durante la jornada del jueves el operativo se limitó a los límites de la región y el viernes se ampliaron al resto del país según los protocolos. Sin embargo, el acusado no necesitó ni 24 horas para coger un vuelo al país latinoamericano desde Madrid.

Según indican algunas fuentes, la relación entre el fugado y la mujer comenzó hace apenas un año. Aunque no compartían vivienda, el hombre pasaba noches en casa de la mujer de manera esporádica. Fue el caso del pasado miércoles, cuando las mismas fuentes apuntan a que habría llegado a la vivienda en estado de embriaguez antes de llevarse a la pequeña al sofá.

No es la primera vez que el hombre tiene problemas con la justicia. Según fuentes cercanas al caso, el acusado cuenta con antecedentes de violencia doméstica.

Los agentes pidieron el mismo cuidado al entorno familiar mientras se recababan testimonios y se recogían pruebas para aclarar lo sucedido. Sin embargo, la ausencia del acusado desde el primer momento fue el principal escollo para llegar a rápidas conclusiones. Ahora, la Policía Nacional deja en manos de los jueces el devenir del caso. El suceso tiene conmocionados a los vecinos de Pumarín, consternados ante la posibilidad de que una niña tan pequeña sufriera una agresión de carácter sexual.