El grueso de las obras de adaptación del Auditorio Príncipe Felipe. Es la consecuencia de que la comisión mixta de técnicos y políticos creada para el seguimiento de la seguridad en el inmueble acordara ayer contratar el proyecto de forma global y no por fases, lo que habría permitido adelantar el arranque de las obras a esta primavera. La decisión se tomó atendiendo a las indicaciones de los servicios municipales de Intervención y para cumplir la nueva ley de contratos públicos, que entrará en vigor en abril.

El modelo elegido, tal y como reconoció la edil de Infraestructuras, Ana Rivas (PSOE), alarga los plazos previstos para el arranque de la actuación, aunque la concejala confía en que, posteriormente, puedan ir acortándose los tiempos de ejecución. La intención del tripartito es preparar los pliegos para licitar cuanto antes la redacción del proyecto que, posteriormente, deberá ser adjudicado como paso previo a la contratación de las obras necesarias para que el Auditorio sea seguro en caso de incendio, trabajos que sí se irán ejecutando por partes. Con este calendario pendiente, las fuentes consultadas apuntan que este año no se pasará, como mucho, de la primera fase de los trabajos, cuya duración se estima en dos meses y medio, con un presupuesto de 84.113 euros. En todo caso, sí que se podría lanzar, por separado, algún contrato menor para actuaciones tales como la sustitución de los puntos de luz del escenario.

La segunda fase tiene una previsión temporal de siete meses y medio, con un coste de 561.565 euros, mientras que la tercera parte de la actuación se extenderá a lo largo de cinco meses y su presupuesto es de 200.000 euros.

En total, la actuación que plantea el arquitecto José Luis Pérez-Lozao Macías para el Auditorio tiene un presupuesto global estimado en 845.221 euros. Las cuentas para este año, que serán aprobadas por el Pleno a finales de mes, reservan medio millón de euros para estas obras y para diversas mejoras de los sistemas contraincendios en otros edificios municipales, muchos de los cuales también presentan serios problemas de seguridad.

El tripartito, que conoce desde 2016 que el Auditorio tiene carencias contraincendios, culpa al PP de haber permitido que el inmueble entrara en servicio sin cumplir la normativa en vigor en aquel momento y de haber "mirado para otro lado" durante sus años en el gobierno local.