Ana Vega compareció ayer por primera vez con su libro de poemas "Herencia" (Canalla Ediciones), una de sus obras más personales. El acto, en la librería Santa Teresa, fue presentado por Francisco Alba, que ha escrito el prólogo y de quien la poeta, narradora y crítica literaria dice: "Es uno de los escritores que más admiro y uno de los amigos que más quiero". En "Herencia" Vega se expone más que nunca. Habla abiertamente de sus trastornos de ansiedad y de la agorafobia -miedo a los espacios abiertos-. Esos escollos no le han impedido producir una obra extensa y ganar, entre otros premios, el de la Crítica de las Letras Asturianas.

- Ahora un poemario.

-Sí, es un libro de poesía de no ficción, sin adorno ni truco. Es la verdad en su expresión más cruda. Siempre me ha interesado la poesía como testimonio y eso es lo que he hecho en este libro. Las imágenes de la portada y la contraportada y el título de "Herencia" aluden a eso, a esa herencia que nos marca, para bien o para mal, y a cómo podemos transformarla y utilizarla como punto de partida.

- Hace un año de la públicación de su anterior libro, ¿cómo afronta el proceso creativo?

-Cada libro exige algo distinto, te dice cómo crearlo. En mi caso lo más habitual es que vaya escribiendo sin saber lo que estoy haciendo y luego todo ese material encuentra un sentido de una manera bastante natural. Cada libro es un reto y en cada uno busco algo distinto -escribo uno de microrrelatos, otro de ensayo, una historia de amor en tres tiempos...-; la literatura es una búsqueda incesante de mí misma.

- ¿"Herencia" es su libro más personal?

-Es mi obra más personal, en la que he puesto la implicación más absoluta, con una verdad muy cruda y vivida tal cual. Si quiero cambiar las cosas tengo que contarlas, y hacerlo tal cual. Hay que romper la barrera del silencio y contar lo que pasa.

- Eso exige compromiso.

-Es una poesía comprometida. Me expongo totalmente, porque mi historia no es nada, es la historia universal. Siempre hay alguien que se reconoce en lo que contamos los poetas. Mi experiencia es la de muchos que no se atreverán a contarlo, pero que se encontrarán en mi poesía.

- ¿La poesía tiene lectores?

-Es llamativo el poder de convocatoria que puede tener un libro, que la gente se acerque y te diga que el libro le ha ayudado. En un libro puedes encontrar la compañía que no encuentras en otro lado. Se escribe y se publica mucha poesía, incluso en las redes sociales, lo que no sé es si se leen los clásicos.

- ¿Le interesan las redes sociales literariamente?

-Me interesan como instrumentos de participación real, de empoderamiento, no esa parte de que todo vale, de que todo lo que se sube es verdad. Hay que realizar una alfabetización digital. Me interesa hasta dónde se puede llegar con ellas pero no como espacio para crear. Para eso yo prefiero la soledad, la reflexión y estar rodeada de libros.