La aplicación de la nueva ordenanza de terrazas obliga a retirar al menos 15 de las 78 instalaciones de tipo B (las de grandes dimensiones) existentes en la ciudad a 30 de septiembre. Más de tres meses después de que expirase el plazo de adaptación a la normativa, sólo 23 de las terrazas de este tipo cuentan con licencia municipal, mientras que las restantes siguen pendientes de varios trámites para cumplir con las exigencias administrativas.

Según informaciones de la concejalía de Urbanismo, hasta la fecha fueron retiradas diez terrazas de tipo B en la ciudad. Las dos últimas en ser eliminadas fueron la del TierraAstur de la calle Gascona y el Aquelarre de la calle Puerto de San Isidro. Otras ocho habían sido retiradas antes de espirar el plazo para la adaptación.

Actualmente hay otras cinco terrazas en trámites de ser retiradas por el Ayuntamiento. Tres de las mismas se encuentra en fase de recurso. En caso de ser desestimados, el Ayuntamiento asegura que procederá de manera inmediata a exigir su retirada. Igualmente ya existe una orden para dejar sin terraza a un local de la calle Uría que no cumple las condiciones exigibles y otro de la calle Campoamor está en vías de agotar la vía administrativa para demorar la más que probable supresión de la terraza.

Entre los que cumplen sólo se encuentran 23 locales, a los que se sumarán próximamente otros inmersos en los papeleos para obtener la licencia definitiva. En total son 40 las terrazas en vías de obtener el permiso municipal. Una docena está a la espera de un informe municipal, 23 están en vías de cumplir requerimientos del Ayuntamiento y cinco esperan lograr el permiso una vez que les lleguen los preceptivos informes del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) y la consejería de Cultura.

El Ayuntamiento fijó el 30 de septiembre como límite para el cambio de terrazas, una vez finalizadas las fiestas de San Mateo. Algunos hosteleros reclamaron una prórroga, pero el Ayuntamiento declinó concederla.