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San Pedro Mestallón, la calle de la crisis

En diciembre cerraron cinco locales y en enero lo hará otro ante la imposibilidad de afrontar los gastos del negocio

San Pedro Mestallón, la calle de la crisis

Los negocios de la calle de San Pedro Mestallón están viviendo una crisis comercial que es para poner los pelos de punta. Sólo un dato. El pasado mes de diciembre cerraron cinco negocios: un supermercado, una pescadería, una tienda de pinturas, otra de marcos y otra de ropa. Y como todo esto fuera poco, el último día de este mes cerrará otra tienda de moda masculina y femenina en esta misma calle.

Su titular es Ana Belén Álvarez, que desde hace veintidós años vive de esta tienda; primero como dependienta, y desde los últimos cinco años como titular. "Los comienzos fueron buenos, pero desde hace dos años las ventas comenzaron a bajar, y si a esto unimos que las rentas subieron mucho, la continuidad del negocio la veo imposible y me da mucha pena. La renta no me la bajaron y no puedo aguantar más".

La joven empresaria, que habla mucho con los vecinos del barrio, sostiene que, aunque la zona tiene la misma gente que hace veinte años, "gastan menos y sus hijos prefieren hacer otro tipo de compras, bien sea por internet o en las grandes superficies, pese a que en esta calle tenemos un poco de todo".

Pedro Sampedro lleva en su establecimiento desde hace 29 años y la crisis le obligó a combinar el negocio, que era de librería y material escolar, con el de apuestas. "Esta calle perdió mucho en los últimos diez años, y el último azote de la crisis que sufrimos fue el pasado mes de diciembre, en el que cerraron cinco negocios. Es el reflejo de lo que está ocurriendo en esta calle".

"La vida del autónomo es muy complicada, porque al final sólo nos conformamos con subsistir. No tenemos ayudas y muchos gastos diarios. Aquí nunca entró ningún concejal, y estoy convencido que no tienen ni datos de los comercios que cierran ni tampoco de los que hay para poder decirles que son muchos o pocos. No les preocupamos", criticó Sampedro.

Otro de los comerciantes de la calle, Fernando Palomo, con negocio desde hace once años dedicado a las tarimas y similares, resume la situación en una sola frase: "Hace diez años tenía más poder adquisitivo que ahora". ¿Por qué? "Los precios no los puedo subir para poder competir con las grandes superficies".

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