Un grupo de mujeres se sentó ayer discretamente en el fondo de la sala reservada en el café "Ópera" para la primera sesión de la tertulia "Vetusta". No querían salir en la foto. "Venimos de independientes". Allí se quedaron durante una velada mayoritariamente masculina marcada por la novedad y la incertidumbre. Los organizadores de este nuevo coloquio carbayón -los miembros de la Asociación "Amigos de Vetusta, Lancia y Pilares"- no estaban seguros del éxito de la convocatoria. "Avisamos a una treintena. A ver qué pasa", dijo el exconcejal ovetense de Foro, Juan Pérez Zaldívar en la entrada del establecimiento minutos antes de que empezara la sesión a las cinco y media de la tarde. La asistencia superó sus expectativas porque a la hora fijada había medio centenar de personas preguntando dónde podían sentarse.

La independencia de las mujeres del fondo pronto se propagó por toda la sala, separada elegantemente del resto de la cafetería por una cortina negra y teatral. Los tertulianos dejaron claro que iban a hablar de la actualidad de la ciudad procurando esquivar la política. Lo dijo Pedro Cortés, el cronista oficial del Centro Asturiano de Oviedo, al acabar su conferencia inaugural sobre el origen y la historia de las tertulias. "Sería bueno no hablar de política". Y remató Zaldívar. "No hay que alimentar ideologías que den lugar a movimientos políticos". La propuesta normativa pareció convencer a la sala hasta que alguien tomó la palabra. "Pues no lo entiendo. La política es omnipresente. Habrá que hablar de Puigdemont y si nos referimos a cualquier obra de Gabino de Lorenzo a ver cómo hacemos". Entonces se oyeron murmullos en el local. Algunos a favor y otros en contra. La tertulia había comenzado.

Allí estaba, entre otros y con unos minutos de retraso, el médico y presidente de la Sociedad Filarmónica, Jaime Álvarez-Buylla; el cofrade y portavoz de la Cofradía de La Balesquida, José Luis Felgueroso, o el presidente de la Asociación de Vecinos del Oviedo Antiguo, Juan García. Con ellos y sin parapetarse en su independencia, estaba la única mujer que se atrevió a ocupar las primeras filas, Rufina Ruiz Ortega. "Me dedico a la vida contemplativa. Vi en el periódico que iban a hacer estar tertulia y me animé. Hace tiempo que buscaba algo así; un lugar en en que debatir y hablar con gente que parezca interesante".

Ya lo dijo Wiston Churchill: "No me interrumpan cuando estoy interrumpiendo". Cortés rescató esta frase del político británico. Salpicó su relato con anécdotas y datos históricos que trajeron a la memoria colectiva las tertulias carbayonas más conocidas y tristemente desaparecidas. El grupo de debate "espera estar a la altura de las antiguas veladas del café Peñalba o el Cervantes, ambos abiertos en 1929, y no ser menos que las tertulias del "Madrid" y el "París", dos establecimientos tradicionales de finales del siglo XIX ubicados en la calle Campomanes. Cortés añadió a la lista las reuniones en "Casa Tuto", en el "Rialto", "La Paloma", los bajos del "Rívoli" o en "La Malloquina", en la que participaron periodistas como Ricardo Vázquez Prada, Juan de Lillo, José Antonio Cepeda o Graciano García.

El cronista oficial del Centro Asturiano de Oviedo hizo una mención especial al exalcalde Luis Riera Posada, al que definió como "un tertuliano ejemplar que destacó por su simpatía, tolerancia y experiencia en campos tan variados como la abogacía o la presidencia de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF)".

El objetivo de los tertulianos es reunirse una vez al mes previo consenso del día y la hora. El lugar será el café "Opera" y el tiempo de la velada será el que marquen los asistentes. Eso sí, tomándose algo, que no dejan de estar en una cafetería.