La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los carbayones no se callan

Oviedo mantiene la tradición de tertulias míticas como las del Peñalba o el Cervantes y sus vecinos siguen intentando cambiar el mundo hablando

Santos Muñoz y, a la derecha, Antonio Pesquera. LUISMA MURIAS

Desde que se fundó la tertulia de "Los Puritanos", en 1952 en el café Peñalba, hasta la recién estrenada tertulia de Vetusta, que echó a andar esta misma semana, han transcurrido 65 años. En ese tiempo Oviedo ha dado mucho que hablar y sus vecinos han seguido disfrutando del gusto por la conversación e intentando arreglar el mundo conversando civilizadamente. Las tertulias son cada vez más abiertas, aunque las hay que mantienen el sello de la exclusividad, y en vista de la asistencia a las últimas convocatorias gozan de buena salud.

La querencia de los carbayones por la conversación es casi épica. Ahí está la historia de la toma del Peñalba, uno de los objetivos de las tropas republicanas en la Guerra Civil. El café, en plena calle Uría, era un centro fáctico del poder local, lugar de reunión de la burguesía económica y cultural. En los años 50 había varias tertulias fijas, frecuentadas por personalidades como Sabino Fernández Campo, que llegó a ser jefe de la Casa del Rey. "Los Puritanos" ocupaban el lugar central del recinto y discutían de ópera, entre otros muchos asuntos, con el alcalde Valentín Masip, el doctor Plácido Álvarez-Buylla.

El café Cervantes fue otro de los focos neurálgicos de Oviedo. El Cervantes abría sus puertas en la esquina de La Escandalera con Argüelles desde 1929 y era frecuentado por clases "más populares", decían que era el café de "los descamisados". Allí se formó, en los años 50, la tertulia "Naranco", por iniciativa del periodista Juan Ramón Pérez las Clotas, por entonces era redactor jefe de LA NUEVA ESPAÑA. Por la tertulia pasaron los hermanos Avello, Víctor García de la Concha, Paco Ignacio Taibo y Carlos Bousoño.

El Peñalba y el Cervantes, y también el Rialto al que acabó trasladándose la tertulia de "Los Puritanos", recogieron el testigo de las tradicionales tertulias de los cafés Madrid y París, dos establecimientos de finales del siglo XIX que estaban ubicados en la calle Campomanes.

Mucho después, en 1962, un grupo de 17 ovetenses publicó un manifiesto en defensa del convento de Santa Clara -sede actual de la Delegación del Ministerio de Hacienda- y contra la rehabilitación que, finalmente, se llevó a cabo. Fueron bautizados por sus convecinos como "Los clarisos" y mantenían una tertulia con sede en el Noriega, un restaurante que estaba en la plaza de la Catedral, en el piso bajo del palacio de Valdecarzana. Al frente estaba Juan Uría Ríu, catedrático de Historia de la Universidad de Oviedo y cronista oficial de Asturias, y entre sus miembros figuraban Joaquín Manzanares, Miguel Álvarez-Buylla, José Luis Meana Feito, Paulino González Sandonís y Ángel Rodríguez.

En Oviedo hubo tertulias, reuniones y encuentros en Casa Tuto, en La Paloma, La Perla, los bajos del Rívoli y La Mallorquina, en la que participaron periodistas como Ricardo Vázquez Prada, Juan de Lillo, José Antonio Cepeda o Graciano García.

Y la costumbre de reencontrarse siempre en el mismo sitio para charlar perdura. La buena respuesta a la convocatoria de Amigos de Vetusta, hace apenas unos días, es una prueba de ello, con el café Ópera a rebosar, y en la coctelería del hotel de La Reconquista siguen reuniéndose algunos miembros de "Los Puritanos", como Antonio Pesquera, Santos Muñoz, Pedro Rodríguez Cortés o Jaime Álvarez-Buylla.

La tertulia más veterana de Oviedo también pasó por el Automóvil Club y el Yuppi, otros dos establecimientos hosteleros ya desaparecidos. Sus miembros conversaron con cantantes como Pavarotti o Alfredo Kraus y premiaron a Pilar Miró, cuando era directora general de la Radio Televisión Española.

Las tertulias actuales dan cabida a la literatura, el crecimiento personal, el deporte, la salud o cualquier otro asunto que suscite el interés de sus miembros. Las hay más restringidas, como las que organiza "L' Alderique". Su presidente, José María Pérez, explica que cada dos meses o dos meses y medio invitan a una cena en el Real Club de Tenis de Oviedo a una personalidad local, que pueda ilustrarles sobre su actividad. El último en compartir mantel con ellos ha sido el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, esta misma semana, para hablar del futuro de la institución académica.

Hay tertulias solo de mujeres, como la de "Las Jimenas", que se creó en la primavera de 2008 y que se reúne en la cafetería "Nuevo Ayala". Carmen Casal, una de las fundadoras, cuenta que en sus encuentros mensuales se han propuesto "ir recuperando costumbres, tradiciones, apuntes vivos del pasado y presente de Asturias". Casal forma parte de otro espacio de encuentro, Equilibra, que recoge el espíritu de la fallecida empresaria de Kike Gómez Haces y que organiza comidas que son un pretexto para escuchar a filósofos como Gustavo Bueno o deportistas como Rosa Fernández.

Jaime Álvarez-Buylla, un experimentado tertuliano, dice que las tertulias no se fundan y es de la opinión de que deben ir tomando forma poco a poco. Las prisas, que son el signo de los nuevos tiempos, propician encuentros menos espontáneos pero la afición a la buena charla continúa en Oviedo.

Compartir el artículo

stats