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Los cultivos del Paraíso

Larga cabellera verde

El rhipsalis es un cactus que destaca por su vistosidad

Cactus rhipsalis. Pelayo Fernández

El sol entraba a cualquier hora del día, las grandes cristaleras, desde el suelo al techo, dejaban pasar toda la luz. Unos sillones de mimbre y la vegetación hacían de aquella terraza un vergel. Había de todo tipo, incluso jardineras en los balcones que colgaban para la calle, y no importaba que época fuera que siempre tenían flores.

Se podían contar cientos, y siempre que había visita la zona de reunión era en aquel lugar. Sentados en los sillones los invitados disfrutaban de un refrescante té con sabrosas pastas caseras; el lugar era ideal, invitaba a quedarse un buen rato, incluso uno podía llegar a desconectar y sentirse mas relajado, no queriendo marchar de allí nunca. Todo llamaba la atención, pero nada se podía comparar con unas grandes cascadas verdes que colgaban de las paredes.

Perteneciente al género Rhipsalis, estos cactus, originarios de selvas tropicales, son un tanto peculiares. Son plantas epifitas que crecen sobre otras plantas, alimentándose de las propias hojas muertas en descomposición de éstas, buscando siempre la sombra. Por eso deben ubicarse en un lugar sin sol directo, ya que este puede hacer amarillear las hojas, llegando a amarronar y finalmente a secar la planta. También debe de estar algo resguardada, porque a pesar de aguantar hasta cierta temperatura si esta baja de cinco grados puede producir daños o incluso la muerte. Por lo general, de entre las casi cuarenta variedades que hay, prácticamente todas tienen un porte colgante, habiendo alguna con porte arbustivo.

Para ser un cactus, las necesidades hídricas son un poco distintas, pues a diferencia de los cactus convencionales que requieren de humedades ambientales bajas, el rhipsalis necesita humedades relativas mucho mas elevadas, es más, en verano cuando el ambiente es más seco es aconsejable pulverizar un par de veces a la semana. Los riego tienen que ser algo más frecuentes, llegando a regarse hasta dos veces en una semana, sobre todo los meses de verano.

Tolera muy bien la falta de agua, llegando a soportar hasta tres semanas sin regar. El sustrato a la hora de plantarlo puede ser o bien universal o el especial para orquídeas ya que al ser epifitas éste también les va muy bien. Para ser tan duras tienen un punto débil, y son las corrientes de aire, que no les gustan nada, siendo muy sensibles a ellas.

Cada cierto tiempo, cuando las ramas son muy largas es aconsejable hacer una ligera poda, no muy agresiva, así crecerá mas tupida. Para mantenerla siempre con un verde brillante es imprescindible abonar, sobre todo los meses de verano; en invierno con hacerlo una vez al mes es suficiente. Por lo general las floraciones no suelen ser muy vistosas, y lo que sí se aprecia más es el fruto, pero no todas las variedades son así, y las hay con floraciones más llamativas.

Para que la planta se desarrolle y alcance un buen tamaño es necesario cambiar de maceta cada tres años, renovar el sustrato y ampliar la maceta, siempre con un buen sustrato que drene bien y evite los encharcamientos.

Si pueden presentar algún problema este seria originado por algún patógeno, las cochinillas se sienten muy atraídas por todos los cactus en general y como no, por los rhipsalis, los cuales corren un grave peligro si no se tratan a tiempo. Un exceso de humedad en el terreno, combinado con temperaturas más o menos bajas favorece la aparición de hongos y la muerte de la planta.

De entre todas las plantas una de las que mejor se reproducen es ésta. Con un trozo de rama, puesto directamente sobre un sustrato arenoso para favorecer el enraizamiento es el esqueje estará listo en pocos días.

Nos podemos ayudar con hormonas o ponerla unos días en agua hasta que veamos las primeras raíces, pero en cualquiera de los casos pronto estará enraizada y lista para trasplantar. Existen varias teorías acerca de las propiedades de algunas de las variedades, pero no esta del todo claro. Lo que sí es seguro es que la presencia de un rhipsalis nos alegrara la casa.

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