Nacido con nombre que recuerda a un famoso futbolista y a un no menos popular cantante, ambos brasileños, Roberto Carlos Suárez prefiere ser llamado con un apócope, Roca, que bien recuerda a una conocida marca de inodoros. En su caso sus orígenes pillan más cerca, concretamente en la localidad sierense de Bobes, aunque actualmente reside en Oviedo, desde donde trata de sacar adelante una compañía teatral especializada en los espectáculos de payasos.

La apuesta emprendedora de Roca, de 40 años, se remonta a hace poco más de un año. El objetivo es buscar una estabilidad complementaria al fluctuante trabajo como actor contratado por cuenta ajena. "Montar una compañía es la única manera viable para poder llegar a vivir al teatro", indica el intérprete, marcando, eso sí, las distancias con los contratos de las grandes producciones.

Desde el primer momento, Suárez se centró en dotarse de una cartera de productos. Actualmente ofrece hasta tres espectáculos diferentes orientados al público infantil. "El mundo de Albertito", "El penalti más raro del mundo" y el espectáculo "Pinzas" de títeres y payasos son las alternativas que de momento ofrece a sus potenciales clientes.

Hasta la fecha las contrataciones se limitan a territorio asturiano, pero el emprendedor confía en abrir el abanico pronto. "Estamos en contacto con gente de Lugo y la idea es ir cada vez haciendo más actuaciones fuera del Principado", explica acerca de la creciente demanda de los espectáculos de "clown" y la falta de oferta específica en provincias cercanas.

"La expansión no será sencilla", suspira el empresario. Reconoce como en los últimos meses padeció en sus carnes los problemas que habitualmente los autónomos ponen sobre la mesa. "Soy actor, productor y vendedor", enumera con sorna este amante de las tablas también curioso con el mundillo administrativo. "He de confesar que algo también me gustan los papeleos", apunta.

De todos modos, su intención es aunar esfuerzos con otros emprendedores para repartir cargas de trabajar y cada vez poder ofertar más productos en forma de espectáculos. "Tengo proyectos en común con otros compañeros como Sandra Cordero y Carlos Mesa", desvela sobre sus planes empresariales más inmediatos, sin dejar de lado sus colaboraciones como contratado con promotores de representaciones teatrales como Maxi Rodríguez.

Defensor de las ayudas a los emprendedores, se define como "comunista" y advierte de que la solución a los problemas del paro no pasan sólo por la iniciativa privada. "Es imposible que haya 16 millones de empresarios en España", defiende para luego reclamar más políticas públicas para generar riqueza. "El Estado tiene que ayudar más a la ciudadanía para generar empleo de manera directa", propone el pequeño empresario del mundo de la representación.

Sobre su especialización en el mundo de los payasos lo tiene claro. "Es una temática que me gusta y no hay de momento mucha competencia en este apartado", indica. De las connotaciones del término, se esfuerza en acabar con lo que considera falsos tópicos. "Lo único malo del término es que se lo llaman a los políticos, pero lo cierto es que los payasos sabemos lo que somos y los políticos no saben ni lo que son", sostiene.

A sus 40 años se ve con cuerda para rato para hacer disfrutar a los niños y los no tan niños. Su labor profesional se alterna también con su faceta solidaria. Actualmente es uno de la decena de voluntarios del grupo "Clowntigo", encargado de arrancar sonrisas de manera semanal a los niños enfermos ingresados en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). "Los jueves quedamos para ensayar y las actuaciones las programamos todos los viernes", anuncia. A ello suma otros eventos altruistas como espectáculos para miembros de la Asociación Síndrome de Down.