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La movilidad en la capital de Asturias

La estación de Uría perdió en una década 1,4 millones de pasajeros de cercanías

La terminal del centro tiene en la actualidad menos de la mitad de usuarios que en 2008

La estación de Uría perdió en una década 1,4 millones de pasajeros de cercanías

La estación de ferrocarril de la calle Uría ha experimentado un enorme desplome de usuarios de los servicios de cercanías durante la última década, de forma que en, la actualidad, suma 1,1 millones de viajeros al año, lo que supone 1,4 millones de pasajeros anuales menos de los que movía en 2008, cuando se inició la última gran crisis económica. El descenso, especialmente llamativo en la línea que una la ciudad con Gijón y las Cuencas, se sitúa en el 54%. Dicho de otro modo, casi seis de cada diez personas que utilizaban las líneas de Renfe y Feve en la ciudad hace diez años han dejado de hacerlo.

El desplome de las cercanías afecta a todas las líneas, lo mismo de ancho ibérico que del métrico de la antigua Feve. Con todo, los peores números los presenta la ruta principal, que es la que atraviesa la región de sur a norte, de Lena a Gijón. En 2008 se subían en la calle Uría a los convoyes de ese servicio de Renfe un total de 3.736 viajeros, cifra que se ha reducido ya a 1.320 usuarios.

La pérdida de centralidad de la estación de Gijón, tras su traslado desde El Humedal a la calle Sanz Crespo, tiene bastante que ver con el desplome de esta ruta, aunque la pérdida de viajeros ya se había iniciado antes. Y es que, cuando se abrió la nueva terminal, la línea se había dejado por el camino casi la mitad de los usuarios que tenía en la terminal de la calle Uría en 2008.

El resultado también es desolador en el resto de corredores, incluido el de ancho métrico que conecta la ciudad con Pola de Siero, Nava e Infiesto, pese a que, como el de Gijón, cuenta con un evidente potencial. La caída de usuarios en la última década alcanza el 42%, pasando de 842 a 494 usuarios diarios.

Etapa "negra"

La trayectoria de la otra estación del centro de la ciudad, la de Llamaquique, también ha sido negativa durante una etapa que puede considerarse "negra" para el ferrocarril de cercanías en Asturias. Inaugurada en el mes de marzo de 2007, la terminal se encuentra inmersa en una espiral de pérdida de usuarios en sus tres líneas de cercanías. El bajón más relevante se produce en la conexión con El Entrego, a cuyos trenes se suben hoy la mitad de pasajeros que hace una década. También desciende la utilización de los corredores con Gijón y Avilés. Si en 2009 la parada de Llamaquique sumaba 1.284 viajeros diarios en la ruta de Puente de los Fierros a Gijón, al cierre de 2016 esa cifra había descendido hasta los 1.006 usuarios, mientras que en la de Avilés se pasó en ese mismo intervalo de tiempo de 258 a 210 pasajeros.

Los resultados negativos afectan de igual manera al resto de estaciones y apeaderos de la ciudad, incluidos los de La Corredoria, que no remontó ni con la apertura del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en la Cadellada.

El tripartito considera que la situación actual del ferrocarril en el municipio puede dar un vuelco muy significativo si llega a hacerse realidad el plan que maneja para contar con un tren urbano que funcione como un metro y que tenga servicios cada cinco o siete minutos. Además, la Concejalía de Urbanismo pretende que Fomento ejecute una reforma en profundidad de la estación de Uría, con el objetivo de que sea un gran intercambiador.

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