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El Ca Beleño se va de Oviedo

Frankie Delgado cierra su bar después de 30 años para abrir una gran fábrica de cerveza en Borines

Blanca Fresno y Frankie Delgado, ayer en el Ca Beleño. IRMA COLLÍN

El Ca Beleño cierra sus puertas pero su espíritu seguirá vivo. El bar de la calle Martínez Vigil cerrará definitivamente el 17 de este mes pero su propietario, Frankie Delgado, trasladará el espíritu de estos 30 años a su nuevo proyecto, una gran fábrica de cerveza en Borines.

Frankie y su esposa, la maestra cervecera Blanca Fresno, se han asociado con Agua de Borines y han rehabilitado el balnerario de la localidad. Allí fabricarán siete veces más cerveza de la que ya hacían ahora en Oviedo. Además la embotellarán. Pero no será solo una fábrica sino también una suerte de espacio cultural en el que habrá catas, conferencias, exposiciones, presentaciones y música.

La esencia del Ca Beleño se trasladará al concejo de Piloña a un balneario cerrado desde 1936 que ha sido rehabilitado y toma nueva vida. "Ca Beleño no es un bar, es una forma de hacer las cosas", resume Frankie. Y con esa idea seguirá trabajando.

Pero antes de abrir una puerta tienen que cerrar otra y será duro. La despedida está siendo larga y Frankie Delgado se ha dado cuenta de que "no sabes lo que has hecho en estos 30 años hasta que dices que vas a cerrar". En los últimos días ha recibido llamadas de toda Europa. En el mundo celta el Ca Beleño es un santuario. Por el local ovetense han pasado cientos de grupos. Histórica fue la presencia de los irlandeses de "The Chieftains" tomando cervezas.

La música dejó de sonar en el bar hace dos años y medio, el mes pasado sufrieron un robo. La lucha era tan dura que se impuso la ilusión del nuevo proyecto. Lo del cierre no es un calentón, estaba pensado desde hace mucho pero ahora verbalizarlo rasca en la garganta como un buen güisqui irlandés.

El próximo 17 de febrero, en pleno carnaval ovetense y con más de 30 años cerrará el bar. Habrá fiesta. Pero antes tiene que llegar la mudanza. Y mudar los recuerdos no va a ser fácil, ni para ellos ni para sus clientes, fieles como pocos en el mundo de la hostelería y más aún de la noche.

El Ca Beleño forma parte de la educación sentimental de varias generaciones de ovetenses pero también de la educación musical y hostelera. Si son cientos de conciertos y miles de asistentes también son decenas los camareros que han pasado por allí. "Ha sido también una especie de escuela de hostelería" apunta su propietario.

Ahora queda descolgar los cuadros, que se cuentan por decenas, guardar en cajas los recuerdos de 30 años, de festivales, de viajes, de noches inolvidables. Lo harán con la ilusión de quien envuelve un regalo sabiendo que alguien lo abrirá en otro lugar.

Con este cierre Oviedo perderá parte de su esencia. A muchos ovetenses les duele y les apena, les corta un poco la respiración. ¿Cuántos amores se han fraguado en esos 90 metros atechados y 70 de patio de la calle Martínez Vigil? ¿Cuántos desamores se han ahogado entre pintas de cerveza? Son 30 años de historias, desde el 17 de octubre de 1987. Es imposible calcular lo que este bar ha dado a la ciudad. Muchos descubrieron allí la cerveza negra con las Guinness, los carajillos, y lo más importante, la música folk. Muchos descubrieron la poesía y hasta la solidaridad, ya que Frankie cedió durante un tiempo el bar para dar a desayunar a niños que no podían hacerlo en sus casas.

Y por encima de todo está la música. El bar nació precisamente de ahí. El Ca Beleño no es otra cosa que la casa de "Beleño", el grupo fundacional de la música celta en Asturias. Frankie Delgado, Juanjo Prado y Atilano Rodríguez querían un local en el que tocar y abrieron uno en una antigua fábrica de colchones que estaba en ruinas en la calle Martínez Vigil. "El primer día tuve que entrar con un rifle porque había aguarones que se te enfrentaban", recuerda el propietario. Al año sólo quedaba Frankie, que ahora será el encargado de cerrar la puerta.

-¿Qué siente?

Frankie Delgado es incapaz de contestar. Lo hace su esposa, Blanca Fresno, "lo siento por la ciudad más que por nosotros".

Y la ciudad lo sentirá, y mucho. Pero unos se quedarán con la desazón, los clientes, y otros con la ilusión, los propietarios. El Ca Beleño cierra sus puertas pero su espíritu seguirá vivo en el nuevo proyecto de Frankie y Blanca pero también en la memoria de miles de ovetenses y visitantes.

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