El "Jamón, Jamón", un establecimiento hostelero situado en el número 16 de la calle Ramón y Cajal de Oviedo, frente al edificio histórico de la Universidad, tendrá que hacer frente a una multa de 3.000 euros por tener a clientes tomando consumiciones en la calle.

La propiedad abonará la sanción pero pide al Ayunamiento que tome cartas en el asunto y propone incluso la peatonalización de la zona. La peatonalización de la calle entre Jovellanos y El Rosal es un debate que se ha planteado en numerosas ocasiones y más aún desde que hace unos años los distintos locales de hostelería de la zona han visto aumentar considerablemente su clientela.

El "Jamón Jamón" ha sido multado "por exceso en las condiciones de la licencia", es decir, por permitir consumir en la vía pública y no evitarlo. Pero desde el local mantienen que "consta acreditada y probada en el juicio la instalación de diversos carteles en el local advirtiendo la prohibición de consumir en la calle". De todos modos los responsables del bar se preguntan cómo deben actuar, "¿se les retiran las consumiciones a los clientes?, ¿se les reprende?, ¿se les obliga a no salir del local?, ¿no pueden fumar en la calle ni salir a llamar por teléfono?". Además, aclaran, las consumiciones son en ocasiones "en zonas sin relación con el local como el muro de la Universidad y todo el frente de la acera, donde hay más restaurantes".

El "Jamón, Jamón" se hará cargo de la multa pero también propone abrir el debate ya que "es por todos conocida la gran cantidad de establecimientos en toda la ciudad, en las principales zonas comerciales y de ocio, también nocturno, en los que se produce la misma situación y nada sucede al respecto". Desde la dirección del local no quieren con esto señalar a otros sino buscar una solución conjunta. En su zona, conctremtamente pasaría por la peatonalización de la calle pero también por la "instalación de bolardos en la zona de carga y descarga o la modificación del paso de peatones".

Recuerdan además que les fue denegada la licencia de terraza, que sí tenía la anterior gerencia del local. El establecimiento, que fue bar durante décadas, disponía de varias mesas con sombrillas al otro lado de la acera, ya en la calle San Francisco, donde está situada la estatua de la mujer sentada.