Un experto en elevar a las personas y conseguir una mejora en el estado de ánimo en apenas unos minutos. Eso es Iván Ojanguren, un ovetense titulado en informática al que una "crisis existencial" le hizo dar un giro a su vida a partir de 2011. Durante cuatro años compaginó su trabajo en el golfo pérsico como jefe de equipo en instalaciones sanitarias de Bahréin con una formación que le permitió concluir su revolución interna sólo cuatro años después: "el 23 de noviembre de 2015 decidí despedir a mi jefe y buscar mi camino".
Desde hace tres años, Ojanguren se encarga de ayudar a la gente "que está perdida" como reconoce que él mismo se sintió cuando decidió reorientar su carrera. En apenas un lustro obtuvo certificados internacionales de coach y cursó un máster especializado en la Universidad de Santa Cruz, en California y hoy dice haber encontrado su sitio. "En 2015 dejé de trabajar a pesar de que he hecho muchas cosas", apunta sobre el gusto con el que desempeña su nueva profesión.
Motivador incluso antes de dedicarse a ello profesionalmente, insta a distinguir entre su labor y la de otros profesionales ligados al ámbito sanitario. "El coach ayuda a construir futuro, mientras que el psicólogo terapéutico trata de cerrar heridas del pasado", señala para diferenciar ambas especialidades.
De todos modos, reconoce que de la motivación es muy difícil vivir. "El coaching supone sólo el 20% o el 25% de mis ingresos", explica. Su labor comprende no sólo las charlas individuales con personas, sino que también imparte, cursos, seminarios y conferencias, además de escribir libros como su primera obra, publicada en 2016, "Apasionante: herramientas para encontrar tu vocación". A ello se suma su creciente actividad en las redes mediante un blog que cada vez gana más adeptos.
Ojanguren da por muerto el mundo laboral como lo conocíamos hasta ahora. "Estamos ante el fin de la era industrial, el sistema está en clara decadencia", apunta sobre la cultura de buscar un trabajo por cuenta ajena para toda la vida. "Necesitamos un cambio de chip, buscar formarnos en aquello que te hace ser un crack", apunta como el camino a seguir a partir de ahora.
Esa visión diferente es la que en ocasiones le impide ser del todo fiel a sus claves de motivación. "Obviamente cuando das charlas a empresas, no puedes seguir este modelo a rajatabla", comenta, consciente del impacto de sus llamamientos al emprendimiento individual y buscar un camino alejado de las ataduras de los contratos por terceros.
Sus consejos no se limitan solamente al mundo empresarial. Las asociaciones sin ánimo de lucro son también objeto de sus charlas. "Siempre se busca lo mismo: descubrir tus talentos y motivaciones de vida", apunta acerca de una labor también exportada en sus experiencias como estrecho colaborador de ONG's.
En su profesión suele marcarse objetivos, siempre sin horizontes muy a largo plazo. "Este año por ejemplo, la meta es sacar mi segundo libro y crear un segundo taller online", apunta para luego dejar entrever su intención de expandir su campo de acción. "Hasta ahora he trabajado mucho entre Asturias y Madrid y estoy tratando de cambiar de aires con actividades en Barcelona y Sevilla", comenta.
A sus 37 años, Ojanguren ahora sólo se plantea seguir disfrutando de su trabajo, al que ni siquiera le gusta referirse como tal. Considera que su propia experiencia es el mejor reflejo para transmitir sus teorías a las personas ansiosas por encontrar su camino. "Hay que levantarse y querer hacer cosas en vez de reventar el despertador", sentencia.
