Solía ir a comer los domingos a casa de sus padres. Por lo general estaba allí unas horas. El almuerzo duraba poco pero la sobremesa siempre se alargaba. Después pasaban a una salita donde tomaban un café mientras comentaban temas de actualidad.
Al lado del sofá, sobre una base de forja, había una maceta con una planta que llevaba allí décadas. Cada dos años la madre la cambiaba a una maceta más grande, alcanzando un tamaño considerable. Siempre le ofrecía llevar un esqueje y siempre lo rechazaba. No le hacía mucha gracia.
Hace poco la historia dio completamente la vuelta. Tras tomar el café y terminar la tertulia pidió un pequeño esqueje. La madre sorprendida no entendía muy bien el cambio, pero no hizo preguntas. En ocasiones nos dejamos llevar por las modas y este es un buen ejemplo. Ahora todo el mundo ansía tener una de estas plantas, a pesar de llevar ahí toda la vida sin que nadie le hiciera caso.
Más conocida como planta china del dinero o planta del misionero, la Pilea peperomioides, originaria de China, llegó a España a principios del Siglo XX precisamente de la mano de un misionero. Casi todo el mundo la conoce y es que en los últimos tiempos se ha convertido en toda una estrella en las redes sociales, quizás por su aparente delicadeza o por su belleza.
Es indispensable en el hogar. Las sus hojas son redondas, algo carnosas, de un verde brillante, salvo en un punto en el que presentan un color más claro, incluso amarillo, en la zona en la que se une al pedúnculo. Su cuidado fácil hace que cada día más y más gente se anime a poner una pilea en casa. Requiere de un sustrato suelto, especial para plantas verdes, que no encharque y que no se compacte demasiado. Buscaremos un lugar que tenga claridad pero sombrío, el sol directo no es lo más aconsejable para sus finas hojas.
Son plantas a las que les gusta la humedad. Debe regarse antes de que se llegue a secar completamente la tierra. Los abonos ricos en hierro son los más interesantes para este tipo de planta, así sus hojas se mantendrán de un verde intenso y brillante. Si pasa mucho tiempo en la misma maceta llega un momento en que frena su crecimiento y es el momento de cambiarla. La floración suele ser en verano, pero no muy vistosa, ésta pasa casi desapercibida, siendo protagonistas las hojas.
Normalmente suelen reproducirse por semillas, en su hábitat natural, claro, pero como realmente se suele hacer es por esquejes. Primero prepararemos el sustrato para que enraícen sin dificultad. Haremos una mezcla de arena y turba, o bien se puede optar por un sustrato especial para semilleros que también ayudará a enraizar. Los esquejes se obtienen de las plantas madres, son pequeños retoños que crecen en la base de la planta, siempre y cuando tengan algo de raíz; se pueden cortar con una cuchilla afilada y limpia.
Para asegurar el éxito hay que mantener la humedad del sustrato, bien regando con cuidado o pulverizando. El esquejado se hace en cualquier época del año. Es una planta muy rústica, que con estos consejos conseguiremos que crezca sin problema.
Si vemos que las hojas se marchitan con frecuencia quizás no se este regando bien, un exceso o por el contrario, algo escaso. Si el lugar no tiene mucha claridad o las horas de luz son muy pocas es posible que la vegetación sea escasa. Los hongos, botrytis -moho gris - y oidio -polvillo blanco- deben tratarse con un fungicida para evitar que dañen la planta.
Las cochinillas se pueden eliminar de manera manual con un algodón empapado en alcohol, o tratar con un insecticida.
Si las temperaturas son altas y la humedad ambiental baja los ácaros se apoderan; de manera preventiva se puede pulverizar la planta con agua para aumentar la humedad. Suelen aparecer puntitos amarillos en el haz de la hoja, y en el envés se pueden apreciar pequeñas telarañas y minúsculos ácaros. Al mínimo síntoma hay que tratar. Así de fácil estará siempre perfecta. Ánimo.
