A Ariadna Fernández, alumna del colegio de Ventanielles, siempre le gustó la biología, y ayer se convenció aún más de que puede ser bióloga. Ese empujón se lo dio el testimonio de Patricia Cueto, bioinformática de la empresa "Dreamgenics", en la que desarrolla herramientas bioinformáticas y diagnósticas para trasladar a la clínica todo el conocimiento generado a través del análisis de datos genómicos. Cueto les contó a Ariadna y a sus compañeros que había estudiado logopedia y publicidad y que había trabajado de muchas cosas. "Pero llegó un momento que decidí que tenía que hacer lo que siempre había querido, dejé de trabajar y me puse a estudiar biología", aquella carrera que le habían dicho que era muy difícil y que además no tenía salida.

Patricia Cueto fue una de las cinco investigadoras que ayer contaron sus experiencias, en el Vivero de Ciencias de la Salud, a alumnos de los colegios de Ventanielles, San Pedro de Los Arcos, Escuelas Blancas y el Instituto de la Ería. Allí estuvieron también Teresa Valdés-Solis. Investigadora del INCAR-CSIC; Isabel Novella, Doctora en Biología y viróloga; Bárbara Álvarez, Doctora en Física de Partículas que trabajó en el laboratorio Fermilab de Chicago y en el CERN, y Catuxa Prado, Doctora en Bioquímica de la empresa "Healthsens".

El acto estaba destinado a las niñas pero también los niños lo disfrutaron y agradecieron, como Aarón del Cuadro, que pese que lo de ser científico "no es lo que más me gusta", sí quiso agradecer que las cinco mujeres que participaron en la charla "tengan tiempo para explicar su experiencia a los niños". En ese aspecto incidió su compañera Ariadna Fernández: "me sorprendió mucho ver a cinco mujeres de la ciencia dándonos consejos".

A Sergio Ferreiro, otro de los niños asistentes, le pareció "muy bien la actividad" aunque en realidad él de mayor quiere ser policía de delitos informáticos.

Las científicas fueron detallando una a una todos los pasos que han dado en su carrera profesional. Sus estudios, sus doctorados, sus estancias en países como Estados Unidos, en el caso de Isabel Novella, o Suiza, donde trabajó Bárbara Álvarez.

Fue una lección magistral de que "una niña puede ser lo que le de la gana", en palabras de Catuxa Prado.

Los concejales Rubén Rosón y Mercedes González entregaron los premios del concurso en el que participaron los niños con la elaboración de vídeos sobre "mujer y ciencia". Los dos alentaron a las niñas a que sean las que por fin logren la igualdad de género.