El Campo San Francisco hace aguas. Seis de los nueve estanques y fuentes ornamentales del principal "pulmón verde" de la ciudad están secos y ya hay alguno que, como el embalse de Nuestra Señora de Covadonga, presenta un avanzado estado de abandono. El ayuntamiento recuperó el pasado año la fuente de las Ranas y este año tiene previsto hacer lo propio con la Fuentona, ambas en el paseo del Bombé. Se trata de dos de los surtidores más emblemáticos del recinto, pero no los únicos del Campo que precisan una intervención para recuperar el esplendor perdido.
Este paseo arranca, precisamente, en el paseo del Bombé. En el extremo que da a la calle Marqués de Santa Cruz se ubica desde el día de San Mateo de 1875 la Fuentona, bautizada así por sus grandes dimensiones. La monumental fuente lleva años seca y con las tuberías de su vaso central al aire. La edil de Infraestructuras, Ana Rivas (PSOE), acaba de confirmar que este año se encargará un proyecto para la reparación de los dispositivos internos del surtidor, que, según la edil, "siempre dieron numerosos problemas".
No demasiado lejos, en la escalinata proyectada en 1945 para dar acceso desde la calle Santa Susana al antiguo paseo de los Curas -reconvertido hoy en una zona de juegos- está la curiosa fuente del Pez. Tampoco tiene una gota de agua. La figura que adorna este surtidor es una obra del cantero Delfín Rodríguez, que cobró 2.000 pesetas por su trabajo, tal y como recoge Adolfo Casaprima en el libro sobre la historia del gran parque ovetense.
Las Ranas
En el otro extremo del Bombé, hacia la calle Conde de Toreno, está la fuente de las Ranas, de clara inspiración versallesca y encargada tras la inauguración de la Fuentona. Hoy se encuentra a pleno rendimiento, gracias a las mejoras por valor de 50.000 euros ejecutadas por el gobierno municipal el pasado año. También funciona correctamente la del Caracol, decimonónica como las dos del Bombé.
Las dos fuentes del Angelín, en el Campo desde la década de los ochenta del S. XIX, también se cuentan entre las secas y con cierta sensación de abandono. Lo mismo la que se ubica en la zona en la que estuvo el desaparecido jardín botánico que la que se levanta en un espacio ajardinado próximo al paseo de los Álamos. Tampoco hay ni rastro de agua en la fuente que rodea el monumento a Leopoldo Alas "Clarín", una obra de Manuel Vázquez Laviada promovida por un grupo de intelectuales en 1901, coincidiendo con el 25º aniversario de la muerte del autor de "La Regenta", pero que no pudo ser inaugurada oficialmente hasta el mes de mayo de 1931, pocas semanas después de la proclamación de la II República.
Uno de los espacios acuáticos más abandonados del parque es el estanque de Nuestra Señora de Covadonga, en el que ni rastro queda de los juncos o nenúfares que lo adornaron en otro tiempo. Este conjunto, formado por el recipiente de agua y por un edificio de servicios con palomar, se inauguró oficialmente a las once la noche del día 10 de junio de 1954, justo tres años después de que la ciudad recibiera con todos los honores a la imagen de la Virgen de Covadonga, de regreso a Asturias tras haber estado escondida en la embajada de España en París por la Guerra Civil.
Los Patos
El otro estanque del Campo, el de los Patos, está en mejor estado que el de Nuestra Señora de Covadonga. No obstante, el tripartito tiene previsto acometer diversas obras de mejora del vaso, para sellar algunas fisuras que se han localizado y mejorar los dispositivos internos del surtidor de agua. El presupuesto municipal de este año ya cuenta con una partida de 18.000 euros para la redacción de los proyecto de mejora del estanque y la Fuentona.
Además de las fuentes, el Campo también tiene pendiente la recuperación del quiosco de la música del Bombé -construcción del arquitecto Juan Miguel de la Guardia inaugurada en 1888- que se anunció en junio de 2014 por el entonces alcalde, el popular Agustín Iglesias Caunedo. Tres meses más tarde, los trabajos se adjudicaron a la empresa MC Conservación y Restauración S.L por 241.000 euros. Los problemas comenzaron cuando la nueva estructura metálica, creada en un taller "siguiendo las directrices de la dirección del proyecto", según indicaron desde la compañía, no encajó con la cubierta a la hora del montaje. La puntilla a los trabajos llegó con la quiebra de la empresa.
