Almudena Olaguíbel Echeverría-Torres (Madrid, 1972) usa la empatía y la sensibilidad como instrumento de trabajo. Especialista en políticas de infancia en el comité nacional de Unicef, maneja diariamente información que afecta a miles de niños españoles desprotegidos, víctimas de malos tratos o de "bullying" y busca soluciones para atajar los problemas. Ayer contó su experiencia durante la V Jornada Universitaria sobre los Derechos de la Infancia, celebrada en el edificio histórico de la Universidad, a la que asistió como participante en un debate sobre la ley asturiana de protección del menor.
- ¿Cuál es la función del comité español de políticas de infancia de Unicef?
-Orientamos sobre la forma de llevar a cabo la mejor política a favor de los derechos de la infancia a través de informes, análisis y propuestas legislativas. Mi área es la protección frente a la violencia, los abusos y la trata, además del estudio del sistema de Servicios Sociales.
- ¿Dónde sufren violencia los niños?
-Sobre todo, entre las cuatro paredes de su casa o en la escuela. Es muy difícil conseguir los datos relativos a la violencia en el hogar, que a veces incluye abusos sexuales. La violencia en el entorno escolar suele ser en forma de insultos y vejaciones que incluso se extienden a las redes sociales. Es el llamado "bullying" digital. Son dos tipos de violencia.
- ¿Por qué los malos tratos en el hogar son difíciles de detectar?
-Buena parte de la gente considera que los niños son propiedad de los padres y que lo que sucede en casa sólo incumbe a los que viven allí. No quieren líos.
- ¿En Unicef estudian alguna forma de convencer a los testigos para que denuncien?
-Claro. Forma parte de nuestras competencias. Existen instrumentos en pruebas y que están dando buenos resultados. Por ejemplo, el Registro Unificado de Sospecha de Maltrato Infantil permite que la gente pierda el miedo a señalar a los posibles culpables de un maltrato o abusos a menores. No se trata de una denuncia formal. Es una alarma que activa la investigación de los Servicios Sociales. Todo el mundo que forme parte de la vida diaria de un niño debe estar alerta.
- ¿Cuáles son las señales de alarma del maltrato infantil?
-Un cambio drástico de comportamiento. Sin embargo, lo normal es que los niños cuenten lo que les pasa y no les hagan caso. Vivimos en una época de ciertos tabúes en la que el corporativismo de los adultos nos impide creer a los niños que denuncian abuso sexual a manos de un familiar. Tenemos que tener claro que no mienten cuando sufren.
- ¿Hay algún caso que le haya marcado especialmente?
-Todos son importantes, aunque no los tratemos directamente o en exclusividad. Por ejemplo, hace poco una niña le comentó a su profesora del colegio que su padrastro le hacía cosas que no le gustaban. La maestra no la creyó o no le dio importancia. Finalmente la cría fue ingresada en el hospital por abusos sexuales y por recibir palizas. Tremendo.
- ¿Cómo es posible que un profesor no le dé importancia?
-Muchos adultos están acostumbrados a pensar que los niños son fantasiosos e incluso manipulables. La tendencia es creer al adulto antes que al niño.
- Los niños también cometen delitos, ¿por qué?
-Los índices de delincuencia juvenil están bajando pese a lo último ocurrido en el País Vasco, donde ha habido hasta muertes. En muchas ocasiones se trata de menores que han sufrido la desprotección del sistema, abusos o maltratos. No siempre es así, pero hay que tenerlo en cuenta.
- ¿Es necesario reformar la ley asturiana de Protección del Menor?
-Sí. Al igual que otras comunidades, debe ajustarse a la nueva legislación estatal de 2015 que refuerza la protección del menor y el sistema de acogimiento.
