"Jamás le pegué ni él a mí tampoco". La mujer acusada de maltratar física y psicológicamente a su marido 41 años mayor que ella, ha negado los hechos esta mañana en su declaración en el juzgado.

Primero negó el maltrato físico y luego la estafa. Está acusada de haber sacado 400.000 euros de las cuentas bancarias del anciano. "Temía que le incapacitaran y el Estado se quedase con su dinero", dijo para justificar esos movimientos bancarios.

Maltrató, vejó y estafó durante años a su marido anciano. Es la conclusión del estremecedor relato de la Fiscalía, que pide nueve años de prisión para una mujer que golpeaba a su esposo, 40 años mayor que ella, y que le obligó a sacar 400.000 euros del banco.

La Fiscalía narra cómo en una ocasión la mujer "le agarró por el pecho golpeándole la cabeza contra la pared cuando iba por el pasillo de la casa"; en otra, "le empujó contra la pared, ocasionándole un moratón en la cara"; incluso llegó a "pellizcarle fuertemente en un pezón hasta hacerle daño y a agarrarle de la oreja para conducirle hasta el baño", todo ello aderezado con patadas y amenazas de ingresarle en una residencia.

Las vejaciones verbales eran constantes. Eran habituales los insultos como "cabrón", "hijo de puta", "viejo metiche" o frases como "te me largas de aquí, que esta casa es mía", "tú no tienes derecho a nada", "vete con cuidado porque te meto en una puta residencia y te pudres allí", "como me denuncies te corto el cuello" y otras de similar connotación.

El hombre no podía salir de su habitación. No disponía de pijama ni zapatillas y sólo podía comer cosas envasadas que guardaba en el armario. Los platos tenía que fregarlos en el baño. El deterioro físico del hombre llegó al tal punto que acabó ingresado en el HUCA con importantes síntomas de desnutrición. En la historia clínica se hace constar que se trataba de un "paciente en situación de riesgo social".

Aprovechándose además de que el hombre apenas sabía leer y escribir, y mucho menos controlar sus cuentas bancarias, la mujer le obligó a ir a distintas oficinas y sacar cantidades de dinero que sumaron casi 400.000 euros, los ahorros de toda una vida, en los que se incluía la herencia que al hombre le había dejado su hermana al fallecer.

Fue precisamente en casa de la hermana donde se conocieron la víctima y la acusada. Al fallecer la mujer, el hombre se casó con la cuidadora, de origen paraguayo. La boda se celebró el 27 de mayo de 2014 en Asunción, Paraguay. Él tenía 80 años y ella 39.

Tras contraer matrimonio la pareja regresó a España y se instaló en la vivienda que el hombre tenía en Oviedo. Aquella casa se convirtió en un infierno.

Con estos datos, la Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de maltrato físico y psíquico habitual en el ámbito familiar, un delito de lesiones y un delito continuado de estafa. Por todo ello solicita nueve años de prisión, y una indemnización cercana a los 40.000 euros por la pérdida patrimonial sufrida por la víctima y por las lesiones que le ocasionó la mujer